13 abril 2007

La transmutación de los sentimientos

Hace un rato he estado viendo un recital lírico. Intervenían nueve cantantes (más un pianista de acompañamiento) que lo han hecho realmente bien. Pero quien más ha llamado la atención de la concurrencia y quien más aplausos se ha llevado ha sido el que peor lo ha hecho. Pero claro, el señor tiene 96 añitos. Teniendo eso en cuenta, es asombroso que todavía sea un tenor tan bueno.

¿Acaso la gente aplaudía su mérito de llegar a esa edad? Vaya, la mayoría de la gente lo intenta. Yo creo que los aplausos procedían, sobre todo, del sentimiento de alegría que da la envidia sana, el pensar "ojalá yo pueda estar así a esa edad". Esto nos hace pensar que todavía tenemos tiempo para hacer muchísimas cosas en la vida.

Al llegar a casa, en cambio, he recibido una noticia contrapuesta. A mi tía le han diagnosticado un cáncer terminal y, seguramente, no acabará el mes. Acto seguido, he llamado por teléfono a mi primica. La pobre estaba en su casa, sentada en la cama vacía de su madre. Cama que, casi con toda seguridad, no volverá a usar.

¿Era la idea de la muerte de su madre la que hacía sufrir a mi prima? En ese momento, yo creo que era más bien la de todas las cosas que mi tía ya no iba a poder hacer. Incluso algunas tan sencillas como dormir en su cama. Todos los momentos que ya no podrán compartir.

Por eso, cuando recordamos a nuestros seres queridos fallecidos, siempre los recordamos en instantes felices. Porque eso es lo que nos apena de su pérdida, que ya no volverán a vivirlos. Afortunadamente, ese dolor que sentimos al pensar en ellos también es el que nos ayuda a seguir adelante. Igual que, cuando estamos tristes, una canción triste nos levanta el ánimo mejor que una alegre.

Los griegos lo descubrieron hace muchos años y lo llamaron catarsis.

09 abril 2007

Anorexia y bulimia

Aunque no es habitual, de vez en cuando cuelgo en este blog un enlace a una entrada de otro. Esta va a ser una de esas ocasiones.

De una manera un tanto alambicada, ayer acabé leyendo esta entrada sobre las chicas que sufren de anorexia y bulimia. Debo reconocer que nunca se me había ocurrido verlas de la manera que se presenta aquí. Lo fácil es pensar que son unas tontas que siguen una moda estúpida. Pero esta entrada me ha hecho entenderlas un poquito.

"Un momento, un momento", pensaréis quienes hayáis ido a leer el enlace. "¡Pero esto es el blog de Rakel Winchester! ¿No la pusiste a parir hace tiempo en este mismo blog?" Bien, musicalmente sigue sin gustarme nada. Sin embargo, la del blog es la persona que hay detrás del personaje. Y esa sí vale la pena. O eso me parece a mí.

21 marzo 2007

Yo no quería

Gheorghe Muresan fue un jugador de baloncesto rumano que, gracias a su enorme estatura, llegó a jugar en la NBA. Con sus 2,31 es el jugador más alto en la historia de esta competición.

Muresan nunca llegó a triunfar a causa de sus continuas lesiones. Sin embargo, además de por su récord de estatura, será recordado en la mejor liga del mundo por una entrevista que concedió después de uno de sus primeros partidos.

Un periodista se le acercó y le preguntó algo. No sé cuál fue la pregunta, y el bueno de Gheorghe tampoco. Sólo llevaba unas semanas en EEUU y sus conocimientos de inglés eran muy rudimentarios. Así que sólo acertó a contestar lo siguiente:

- I love this game

Sin saberlo, acababa de acuñar el que hoy, casi quince años después, sigue siendo el eslogan de la NBA.

A principios de los años 70, Fleetwood Mac eran un grupo británico de blues-rock de bastante éxito. Sacaron canciones como "Black Magic Woman" (de la que luego Santana hizo una célebre versión) o el instrumental "Albatross".

Sin embargo, llegó un momento en que todos los guitarristas del grupo se fueron y dejaron solos al bajista John McVie y el batería Mick Fleetwood. Pese a que el nombre del grupo procedía de la combinación de sus apellidos, el líder era claramente uno de los desertores, Peter Green. Así que se encontraron con la tarea de reformar el grupo desde abajo, con la sola ayuda de la que había sido su teclista habitual, Christine Perfect (por entonces ya Christine McVie de resultas de su matrimonio con el bajista).

Los tres vivían desde hacía algún tiempo en Estados Unidos. Un día, Mick andaba mirando un estudio de grabación para el grupo. El tipo que se lo quería vender, para demostrarle sus cualidades acústicas, le puso un disco de una pareja desconocida. Buscando estudio, Fleetwood acababa de encontrar al guitarrista que buscaba. Además, el chico cantaba. De modo que se puso en contacto con él y le ofreció el puesto. Lo malo es que la pareja que había grabado el disco no sólo lo era artística, sino también sentimental. No estaba dispuesto a abandonar a su compañera: o los dos, o ninguno. Ya tenían a Christine que, además de tocar los teclados, cantaba, conque no necesitaban de ninguna manera a otra cantante. Pero al final, ante la opinión de sus dos compañeros de grupo, Mick hubo de dar su brazo a torcer y admitir a los dos. De este modo, Lindsey Buckingham y Stevie Nicks completaron la nueva formación de Fleetwood Mac.

Los cinco sacaron el disco que decidiría si tenían un futuro en la música o no. El sonido era completamente distinto al que hasta entonces habían tenido. Pero, afortunadamente, consiguieron el éxito gracias a una canción, "Rhiannon", escrita y cantada por... Stevie Nicks, la vocalista que Mick Fleetwood no quería en su grupo.

Durante el resto de la década, Fleetwood Mac fueron uno de los grupos más exitosos del mundo. Toneladas de discos vendidos a un público que apenas recordaba ya a los originales, con Peter Green.

El remate de esta historia ya entra en la crónica rosa. Además de por su música, Fleetwood Mac eran famosos por sus vaivenes sentimentales. La portada y el título de su disco más famoso, "Rumours", hacen referencia a ello. Porque las dos parejas originales ya se habían roto y había rumores de todos los colores sobre quién estaba con quién.

Uno de sus últimos éxitos, "Tusk", era una canción dedicada por Lindsey Buckingham a su ex-novia. Aunque ya habían roto, él estaba celoso por una supuesta relación que Stevie Nicks mantenía con un hombre desconocido. La relación resultó ser cierta y el hombre misterioso no era otro que... sí, lo habéis adivinado. Mick Fleetwood.

A veces las cosas no salen como las planeamos. A veces, incluso salen mejor.

28 febrero 2007

Las muelas

No es habitual en mí eso del dolor de muelas. Pero esta semana tengo uno importante. En buena parte, por idiota. Ya hace meses que esa muela me estaba molestando, pero lo iba dejando. Pues ahora, ya no.

Además, mi dentista está en Zaragoza. Claro, podría buscarme otro en Madrid, pero estoy acostumbrado a ella y no me apetece. Lo malo es que no podré ir a verla hasta dentro de un par de semanas. Si esto siguiera así, claro, me iría a otro antes.

Los analgésicos me funcionan a ratos. Ahora mismo, no. Encima, el Zaragoza acaba de perder con el Barça. Lo que me faltaba. Si hubiéramos ganado, seguro que me dolería menos. Ojito los del Barça con los comentarios: el dolor de muelas tiene la propiedad de poner de mala leche a quien lo padece. A ver si os voy a tener que morder un ojo.

Si es así, os lo tendré que morder con cuidadito, claro. No me lo pongáis difícil, que me duele.

24 febrero 2007

El vídeo del Jueves

Efectivamente, tal como mencionaba Athair en los comentarios de la entrada correspondiente, el vídeo que colgaron del Jueves con el señor dándole al bongo había sido retirado de YouTube. Según se podía leer, por violar las condiciones de uso de YouTube.

Me extrañó mucho tal cosa. No era más que un poquito de márketing viral, lo que siempre ha sido bien recibido en YouTube. De hecho, ha sido parte de su éxito. Todos recordamos el vídeo de "Amo a Laura", ¿verdad?

Ahora se ha desfecho el entuerto. Si veis la nueva versión del vídeo, encontraréis el motivo por el que se quitó el original. Lo cierto es que no se me había ocurrido ni remotamente.

21 febrero 2007

Resultado del experimento

Después de que han pasado casi dos semanas desde que colgué la entrada anterior, han llegado a ella exactamente 50 personas buscando lo mismo que los tipos de la portada del Jueves.

Lo mismo o parecido, en realidad. La mayoría de ellos no han puesto la frase exacta de la revista.

Pues hala, ya he satisfecho mi curiosidad. Mira tú qué bien, y qué barato. De paso, me he enterado de que alguien llegó a mi blog en cierta ocasión buscando lo siguiente:

"me besarías" Gorpik

Qué cosas busca la gente, oye.

07 febrero 2007

Hombres vestidos de rana tocando el bongo con la polla

Quienes hayáis visto la portada del Jueves de esta semana ya sabréis de qué va el asunto. El tema de la revista es el YouTube y en la portada aparecen dos chavales delante de un ordenador. Uno de ellos afirma haber buscado "hombres vestidos de rana tocando el bongo con la polla" en YouTube y le han salido 1343 videos.

Así que se me ha ocurrido: si pongo la frasecita en una entrada del blog, ¿cuánta gente llegará a ella buscándola en Google?

Dentro de una semana o dos pondré aquí los resultados.

[ACTUALIZACIÓN: Los del Jueves han decidido hacer lo mismo, al parecer, y han puesto un vídeo con este título en YouTube].

06 febrero 2007

Horror de los horrores

Pensad en cosas horribles que os podrían suceder, a ver si adivináis por qué horror acabo de pasar.

¿David Bisbal ha organizado un concierto en mi casa? Frío, frío.

¿Se me ha caído un huevo por cada pernera? Venga, algo realmente terrible.

¿He intentado jugar al WoW y me ha dicho que mi cuenta estaba desactivada? ¡¡¡Aaaaaahhhhhhh!!!

Por suerte, en seguida he recordado que mi tarjeta de crédito caducó el mes pasado. Así que, tras los instantes de pánico iniciales, he ido a mi cuenta de jugador y he actualizado los datos de pago. Dentro de un momento estaré chutándome de nuevo, alegre y feliz. Qué mal rato, colegas.

05 febrero 2007

Patrones de belleza

Anoche estábamos Raquel y yo con unos amigos en un bar de Zaragoza, después de haber cenado con otros amigos más. Como casi siempre, muy bien y con buena conversación.

El caso es que en este bar había dos chicas cerca de nosotros. De unos veinte años, vestidas con ropa bastante ajustada, ombligo al aire... bueno, os hacéis una idea, ¿no? Las chicas llevaban una cámara fotográfica y se estaban haciendo fotos una a otra, posando en distintas zonas del bar y en distintas posiciones.

¿Os habéis hecho una idea del aspecto de las chicas? Pues ahora, reorganizarles el cuerpo un poco. Una de ellas aún tenía un importante par de tetas, pero la otra ni eso. Tenía todo al revés. Donde debía tener carne, le faltaba, y viceversa. Sin embargo, las dos chicas estaban encantadas.

No hay nada como estar contento con el propio cuerpo, oye.

18 enero 2007

Kyrill

Hace un rato estaba intentando escribir una entrada para este blog desde el aeropuerto de Múnich, donde esperaba coger mi vuelo de vuelta a Madrid. Si es que había vuelo. Alemania estaba sufriendo, aunque de refilón, los efectos del huracán Kyrill (así lo llamaban en la tele de allí, no sé si es el nombre oficial o lo habían traducido). Lo que se traducía en que estaban teniendo la mayor tormenta en quince años. Esperaban vientos de casi 200 km/h en algunas zonas del país.

En la tele también aconsejaban a la gente que se quedara en sus casas y que no aparcaran los coches debajo de árboles. Con este último detalle hemos echado unas risas en el trabajo esta mañana, pues uno de mis compañeros alemanes había aparcado, precisamente, debajo de un árbol. Y a 100 kilómetros de distancia, conque no podía salir un momento a moverlo. Espero que no le haya pasado nada.

En la salita de espera del aeropuerto sólo estábamos otro chico y yo, cada uno con su ordenador, pasando el tiempo. Poco a poco ha ido entrando el resto del pasaje. Como cabía esperar dado el día y la hora, la mayoría éramos viajeros por trabajo. No sé si tenéis experiencia en este tipo de viajeros. Los hay de dos tipos: solitarios (como yo), que suelen ir a su bola, y en grupo. Éstos son todo lo contrario. No hacen más que quejarse de todo, para dar imagen de hombres de mundo, y comentar en voz alta detalles estúpidos de su viaje, para que todos veamos que son importantes hombres de negocios internacionales.

Cuando esperaba para facturar tenía detrás a dos de éstos. Uno se quejaba de que no encontraba su carnet de identidad (ignoro a quién pretendía echarle la culpa) y le comentaba al otro, a voces, dónde había sido el último sitio en que lo había sacado.

El caso es que, al igual que aumentaba el número de personas en la salita, también aumentaba el ruido. Y no sólo por las conversaciones; principalmente, por el viento. Al principio sólo se oía el aullido, poco a poco han empezado a temblar las ventanas y luego ya parecía que iba a arrancar alguna puerta. Nuestro vuelo salía a las 19,20h y lo peor de la tormenta se esperaba para medianoche, así que iba empeorando conforme pasaba el tiempo.

Parecía que lo peor ocurría en el noroeste de Europa. Casi todos los vuelos a Londres, París y Amsterdam estaban cancelados. El nuestro no; en España no había problema y, de momento, los aviones podían despegar.

Je, acaban de anunciar que el vuelo a Barcelona va a salir sin equipajes; quien no quiera ir sin él tendrá que esperar al día siguiente (le cambian el billete sin cargo). A los demás les enviarán el equipaje cuando llegue. Uf, esa ha caído cerca.

Un rato más tarde me entero del motivo por el que no se llevan el equipaje. A causa del fuerte viento y la lluvia, el personal de equipajes tiene muchos problemas para trabajar sobre la pista. De modo que no pueden cargar los aviones. El nuestro también irá sin equipaje. Uno de los importantes hombres de negocios internacionales (que se había pegado todo el rato hablando en inglés de Argüelles por el móvil, a grito pelado) necesita un cuarto de hora de conversación con la azafata hasta que se aclara con lo que sucede. Mientras tanto, le explica a alguien por teléfono la situación; su interlocutor parece manejarse aún peor que él en inglés, porque se lo tiene que repetir unas veinte veces. Es el único de todo el pasaje que decide quedarse.

Finalmente, con bastante retraso, montamos en el avión. Que va lleno, en contra de lo que esperaba. O casi lleno. Descubro dónde iba sentado el importante hombre de negocios internacional; justo a mi lado. Así que viajo cómodamente, con el asiento central vacío. Mira qué bien.

Y mira qué pronto empezamos el taxi hacia la pista de despegue. Ah, no, estamos quietos. El avión se bambolea por culpa del viento. Eso no lo había experimentado nunca.

Un rato después tenemos un despegue movidito. El avión sigue bamboleándose mientras corre por la pista y al piloto le cuesta estabilizarlo una vez en el aire. Esta vez se ha ganado su sueldo. Y de aquí al final ya sólo queda un aburrido viaje en avión más.

14 enero 2007

Un bar de pueblo

Acabo de volver de ver el partido en un bar.

He entrado y había unos cuantos parroquianos sentados por las mesas, hablando a voces. Ni dios detrás de la barra. He saludado, más o menos me han devuelto el saludo, pero nadie venía a servir. Al rato, uno de ellos ha venido detrás de la barra y me ha puesto el café que le pedía.

Naturalmente, todo hombres. Durante las más de dos horas que he pasado allí, sólo ha entrado una mujer y no ha estado más de cinco minutos. Debía de ser de la familia, porque todos parecían conocerla.

Al fondo se veía a un grupo jugando a lo que parecía el dominó. Cerca de mí había otros jugando a las cartas, dando los golpes de rigor sobre la mesa cada vez que jugaban una. Y fumando puros baratos.

Después del café (hacía bastante frío y tenía que entrar en calor), ya he pasado a tomarme unas cervezas, mientras veíamos el Real Madrid - Zaragoza (al final, 1-0, gol del árbitro). Los parroquianos iban, como debe ser, con el Zaragoza. Poco a poco han ido ganando confianza conmigo y hemos estado charlando de unas cuantas cosas, mientras veíamos el fumbo.

En el descanso, como tenía hambre, he preguntado si había algo de comer y me han sacado unas chuletas asadas, con una ensalada para acompañar. Menos mal que he pedido algo pequeño, porque el plato era serio.

Al final, el 1-0 que os cuento, y me he ido un tanto cabizbajo. Pésame de la concurrencia y al hotel de vuelta.

Algunos pensaréis: ¿pero, este tío, no estaba en Alemania? Tal vez administrativamente el garito en cuestión estaba situado en Alemania; pero, quitándome a mí, toda la concurrencia era turca. Y sólo hablaban alemán conmigo; entre ellos todo turco. Yo sigo sin saber alemán, pero eso no me arredra. Lo que no sé, me lo invento, y ellos hacían por entenderme.

El otro día un alemán me contaba que los españoles que vinieron hace 40 ó 50 años a Alemania se volvieron a nuestro país o se han convertido en alemanes, pero los turcos siguen siendo turcos. Tienen canales de televisión propios, periódicos en turco y demás. Por lo que he visto, dejando aparte el idioma, son iguales que en la España profunda. Pero igualitos, oye. Y creemos que son otra cultura.

Y sí, entiendo perfectamente que no he tenido problema para integrarme con ellos porque soy hombre; una mujer lo habría tenido peor. Cuando viajo solo por el mundo, son muchas las ocasiones en que mi cromosoma Y me pone las cosas más fáciles.

09 enero 2007

Grandes fracasos

Hace un rato escuchaba una canción antigua que hacía uso prominente del mellotron. El mellotron, para quienes no lo conozcáis, era un artilugio inventado a finales de los años 60 para sustituir a las orquestas. Un instrumento de teclado que accionaba unas cintas magnetofónicas en las que se habían grabado otros instrumentos tocando las notas correspondientes. Estas cintas eran intercambiables, lo que permitía tener varios sonidos distintos. Los más populares eran, probablemente, los de cuerdas o voces humanas. El mellotrón era un trasto ingobernable. Las cintas tendían a perder tensión y descentrarse. Además, tenían una duración máxima de ocho segundos; no se podían dar notas más largas.

Hay una canción de Genesis titulada "Watcher of the Skies" que empieza con un mellotron solo. Tony Banks, el teclista del grupo, dijo que había compuesto esa introducción a base de combinar las notas de su mellotron que no sonaban demasiado desafinadas. Un desastre.

En los años 30 del siglo pasado, un inventor aficionado a la música llamado Laurens Hammond decidió crear un instrumento musical que pudiera sustituir a los carísimos y enormes órganos de las iglesias. Este instrumento fue el órgano que lleva su nombre. Mucho más pequeño que un órgano de tubos, el órgano Hammond es electrónico y relativamente portátil. Pero nadie que lo haya escuchado y tenga un mínimo de oído musical podrá decir que suena como un órgano de verdad. Ni de lejos.

Unos años antes, la casa Rickenbaker decidió sacar un modelo de guitarra que permitiera a este instrumento hacerse oír en una orquesta. Hasta entonces, la guitarra quedaba totalmente oscurecida por los instrumentos de viento; así que pensaron en acoplarle un transductor eléctrico que pudiera enviar su señal a un amplificador para que sonara más fuerte. Lo consiguieron. Pero aquello no sonaba ni parecido a una guitarra acústica.

Hoy día no es habitual ver mellotrones u órganos Hammond porque son muy aparatosos, pero muchos músicos tratan de imitar sus sonidos mediante samplers; imitar los sonidos de estos instrumentos, no los de sus predecesores. La guitarra eléctrica, desde luego, todavía no ha conocido ninguna imitación que la haya destronado. Y eso que hoy día hay aparatitos que, por fin, hacen que una guitarra eléctrica suene como una acústica. Pero se usan muy poco, y sólo como recurso puntual.

Creo que fue Napoleón quien dijo que los buenos planes fracasan por los mismos pequeños detalles que hacen triunfar a los malos. Serían esos pequeños detalles los que convirtieron tan claros fracasos en resonantes éxitos.

29 diciembre 2006

Limpieza

Al fin he encontrado la nueva dirección del lugar donde estaban las fotos de mi blog. Las de las entradas antiguas; las nuevas están en el propio blogspot.

Así que me he dedicado a arreglar los enlaces rotos. Entre ellos, el del pollito de los comentarios. A quien, sin duda, habréis echado de menos. Pues aquí lo tenéis, de vuelta. Tan alegre y jacarandoso como siempre.

De paso, me he entretenido en leer mis entradas de años anteriores. Y creo que eran más interesantes que las actuales. Tendré que currármelo un poco más, que este blog está muy soso en los últimos tiempos. Mira, ya tengo un propósito para el año nuevo.

Aunque yo nunca tengo propósitos para el año nuevo.

15 diciembre 2006

Una tarde en Lübeck

Al igual que cuando estoy en España, hoy he salido de trabajar a la hora de comer. A diferencia de allí, aquí se come a mediodía. Conque a las doce ya estaba libre, de modo que he aprovechado para ir a pasar la tarde a Lübeck.

Lübeck es una ciudad del tamaño de Rostock (unos 200.000 habitantes), a unos 125km de distancia por autopista. También es puerto de mar y también pertenecía a la Hansa. No sólo eso; era la capital de la Hansa. Por tanto, era una ciudad muy importante y poderosa en la Baja Edad Media. Pero todo eso pasó. Hoy día es una ciudad como tantas otras, pero con un centro histórico muy bien conservado.

La característica principal de la arquitectura de Lübeck es, como en otras ciudades de la zona, el gótico de ladrillo y los tejados puntiagudos. Tanto que, en las torres de las iglesias, el tejado viene a medir tanto como el resto de la torre. Son estos tejados de las torres los que dan a la ciudad su imagen característica.

Aparte de eso, Lübeck está relacionado íntimamente con dos de los escritores alemanes más importantes del siglo XX. Thomas Mann era de allí, y Günter Grass vive en las afueras. Ambos escritores tienen su casa-museo que funciona como centro cultural. Günter Grass incluso da conferencias de vez en cuando en la suya, además de exponer su obra pictórica y escultórica (es polifacético, el hombre).

Lo mejor que se puede hacer en Lübeck es pasear por el centro, porque todas las casas valen la pena. Además, como todas las ciudades alemanas, ahora tiene sus mercados navideños y todavía hay más ambiente por las calles. Lo cierto es que fuera de los mercados había poca gente, pero puede ser porque éstos estaban atiborrados. Como he llegado después de la hora normal de comer, ya no me daban en ningún sitio y, además, hacía frío; pero me he acercado al mercado de la plaza del ayuntamiento (plaza del mercado, en realidad), me he comido un Backfisch (pescado frito) y luego me atizado un Feuerzangenbowle (otra bebida navideña recomendada por nuestro guiri) y, oye, que ha subido la temperatura en un momento. A patear se ha dicho. Armado con un planito que me han vendido en la oficina de turismo (y que incluye un itinerario peatonal muy interesante y recomendable), me he dedicado a recorrer el centro de la ciudad de arriba a abajo.

Aunque Lübeck pertenecía a la antigua Alemania Occidental, no es mucho más cara que Rostock. Y, desde luego, bastante más barata que Múnich. Y también es difícil que te hablen inglés, conque he tenido que seguir practicando el "alemán". Cosa con la que disfruto bastante, oye; rarezas que tiene uno.

Como digo, venir a Alemania en diciembre está muy bien por los mercados navideños. Pero lo malo es que anochece a las cuatro de la tarde. Y en esta ciudad hay pocas farolas, conque a las cuatro y media no veía ni peñazo. Conque me he tenido que volver al hotel. Más cansado de lo que pensaba; en el viaje he pasado bastante sueño. Mañana tenía pensado ir a Berlín, pero tal vez lo deje y me quede descansando en la habitación. Por lo pronto, he puesto el cartel de "no molestar" en la puerta.

12 diciembre 2006

Navidad en Rostock

Pues sí, después de Munich y la RAM (que merecería otra entrada en este blog; como adelanto diré que tal vez ha sido la mejor de mi vida), ahora estoy pasando frío en Rostock.

Rostock es una ciudad alemana situada a orillas del Báltico, en la antigua RDA. Y es más bonita de lo que pensaba. Al menos, la zona del centro, con sus calles peatonales y sus casas de colores.

Hace un rato he estado paseando por Kröpeliner Strasse, que es el eje de la zona peatonal. Y también del inevitable mercadillo navideño. No muy distinto del de Múnich por contenidos (montones de puestos de comida y bebida, especialmente salchichas y glühwein), pero sí por precios. Más o menos, las cosas cuestan la mitad aquí.

Ahora que lo pienso, también abunda un tipo de comida un tanto peculiar: las frutas rebozadas en chocolate. No las he probado aún, pero lo haré. Hay frutas de todo tipo: uvas, manzanas, plátanos...

Sí había oído que en Rostock había bastante ambiente, y es cierto. La calle estaba llena. Pese a que aquí no hay turistas en invierno. Sí en verano; muchos alemanes vienen a veranear a la costa báltica. Pero ahora casi todos los habitantes de la ciudad son locales. Y no hablan mucho inglés, conque me las tengo que apañar en alemán. Lo cual no es fácil, porque no hablo alemán, pero lo que no sé me lo invento.

Supongo que ahora bajaré otra vez por ahí para cenar. Menos mal que soy un tipo bastante adaptable, porque está haciendo frío y voy a quedarme aquí hasta Navidad. Mola viajar, pero también estar calentito en casa. Aunque en la habitación de mi hotel se está de maravilla.