27 diciembre 2004

Elogio de la soltería

Este año no tuvimos la habitual cena familiar multitudinaria para Nochebuena, sino una versión reducida. Sólo estábamos nueve personas, de las cuales cinco no eran habituales para mí: mis tios, mi primo, una hermana de mi tío y una vieja amiga de la familia.

Hacía muchísimos años que no veía a las dos últimas. La vieja amiga era la Carmencica, la hija de Miguelico. Se nota que somos maños, ¿eh? Miguelico era un amigo de mi abuelo de toda la vida, a quien veía mucho cuando era pequeño, pero murió hace más de 20 años. Posiblemente no había visto a la Carmencica desde entonces. Pese al diminutivo, la señora tiene 82 años, no creáis que es una cría. El caso es que se quedó viuda este verano, cuando murió su marido a la tierna edad de 99 añitos; se llevaban unos cuantos, como veis. Frontonio, que así se llamaba el marido de la Carmencica (de verdad, no me estoy inventando el nombre) era el pequeño de 25 hermanos (tampoco me lo estoy inventando); sin embargo, ellos no tuvieron hijos, de manera que la pobre Carmencica se ha quedado bastante sola en el mundo. Además, aunque la cabeza le funciona tan bien como toda su vida, las piernas no, de manera que casi no puede salir de casa.

Desde que se jubiló, mi padre se dedica a cuidar ancianos como voluntario, y empieza por los que tiene más cerca. Iba prácticamente todos los días a ver a Frontonio y Carmencica, y ahora más, porque la pobre está sola. Como digo, hace siglos que no la veía, pero siempre he tenido muy buen recuerdo de su padre, cuando era pequeño le quería mucho. Por lo que he visto estos días, la hija ha debido de heredar su carácter, porque es una señora encantadora. Está constantemente de buen humor y tiene un curioso (para su edad) espíritu juvenil, tal vez porque siempre ha sido la niña de la casa.

La otra novedad para mí era la Mari, la hermana de mi tío. Es posible que la conociera cuando era niño, pero lo cierto es que no me acordaba de ella en absoluto. En el pueblo fue muy nombrada hace 33 años, cuando se separó de su marido. En realidad fue él quien usó el conocido método del "ahí te quedas", pero en esa época la culpa siempre se le echaba a la mujer. Tuvo que soportar que la llamaran "la malcasada" y cosas por el estilo, aunque ella suele contestar a las que se lo dicen: "peor casada estás tú, que yo al menos no tengo que aguantar a mi marido." Antes de que viniera me habían dicho que estaba siempre de broma, y lo cierto es que estuvo toda la cena contando historietas y chistes, pese a que estaba un poco enferma. Cuando salió el tema de los malos maridos, mi madre contó alguna anécdota de sus clientas cuando tenía la tienda, como una vez que fue una de las habituales. La mujer solía ir vestida con colores vivos y esta vez llamó la atención a mi madre que fuera con ropa más apagada de lo habitual, así que se lo mencionó.

- Es que se murió mi marido hace cuatro meses.
- Ay, chica, lo siento.
- Pues yo no. No sabes lo descansada que me he quedado.

Entonces la Mari contó el caso de otra mujer que conoce. Murió su marido y, a los pocos días, pidió que la llevaran a ver su tumba al cementerio. Así lo hicieron, claro. Cuando llegaron, ante la sorpresa de todos, la mujer se plantó en jarras ante el nicho y se puso a cantar jotas. Luego lo explicó: "Es la primera vez que sé dónde está y quién se lo está comiendo."

En este país, hasta hace poco, la única receta para las mujeres que tenían un marido de esas características era "aguanta, hija mía, aguanta". Ya es triste tener que esperar que se muera quien debería ser tu compañero en la vida para poder disfrutarla. Y, encima, muchos no se mueren.

Pero lo que más me llamó la atención de la Mari fue cuando contó otra anécdota que empezaba: "El otro día iba al teatro con los de mi tertulia literaria..." No sé vosotros, yo no conozco a muchas mujeres de 72 años que suelan acudir a una tertulia literaria y participen en la vida cultural de su ciudad como ella. Mi tía, que es la mujer de su hermano y tiene una edad similar a la suya, no tenía nada que contar sobre su vida que no estuviera relacionado con su familia. Y yo no digo que dedicarse a la familia sea una mala opción para quien quiera elegirla; lo malo es que, para la mayoría de las mujeres de su generación, no era una opción sino una obligación. Carmencica se ha pasado la vida cuidando de su padre y su marido, y ha sido feliz. Pero mi tía cada día está más triste.

Todo este ladrillo, aunque no lo parezca, está relacionado con lo que ha venido escribiendo últimamente Rapunzell en su blog. Con hacer lo que uno quiere y las formas tan curiosas que a veces la vida tiene de mostrarnos qué es lo que realmente queremos.

Al día siguiente, Navidad, pasé el día en casa de un primo mío en compañía de otras 18 personas. Mi primo y su hermano son más o menos de mi edad; los dos se casaron relativamente jóvenes, tienen dos hijos cada uno y están encantados con sus vidas. En cambio su hermana, que es mucho más joven y adora a sus sobrinos, me contaba que ella preferiría que su vida fuera como la mía. ¿Es mejor elección? Tal vez para ella sí, lo que hay que hacer es encontrar el camino correcto para cada uno. Cosa que, por desgracia, es más fácil decir que hacer. Pero vale la pena intentarlo.

Ah, claro, el título de esta entrada tiene trampa, por si no os habíais dado cuenta.

21 diciembre 2004

El Quijote

Creo que ya he mencionado alguna vez en este blog que me he leído tres o cuatro veces el Quijote. Me parece un libro muy entretenido, dejando aparte su calidad literaria, así que no me cuesta nada hacerlo.

El caso es que mi copia del libro está en casa de mis padres y, además, bastante hecha polvo. Pero el otro día vi la edición que ha sacado la RAE con motivo del IV centenario del libro. Está bastante bien encuadernada, aparentemente bien comentada y es barata, conque me la llevé. Y ahora estoy volviendo a leer el libro.

Esta tarde había quedado con una amiga en el Hylogui y, mientras la esperaba, estaba de cháchara con el camarero. El caso es que ha visto el libro y nos hemos puesto a hablar de él, pues también él lo había leído varias veces. Al ratito ha entrado otra persona en el bar con otra copia del Quijote. Luego, cuando volvía a casa en el metro, he visto a otra más que lo iba leyendo.

Y luego dicen (decimos) que a la gente sólo le interesan el Gran Hermano y Operación Triunfo. ¿Se convertirá el Quijote en el éxito editorial de la temporada? Cosas veredes, amigo Sancho.

18 diciembre 2004

Expo 2008

Como muchos sabréis, Zaragoza va a organizar una Expo en 2008. Hace muchos años que se iba preparando la candidatura en la ciudad; sin embargo, después de la concesión ha habido mucha gente que me ha dicho que no sabía nada. En este país, lo que ocurre fuera de Madrid o Barcelona tiene una repercusión nula. Fijaos en el bombo que se ha dado a la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos en 2012, comparado con el que se dio las anteriores candidaturas de Sevilla.

Conste que me encantaría que se hicieran unos Juegos aquí, ¿eh? No me quejo de eso. Yo mismo no me había enterado de que el jueves se fuera a hacer pública la ciudad que organizaría la Expo de ese año, y eso que estaba interesado.

En cuanto a la noticia, me alegro mucho por lo que puede suponer para la ciudad. Naturalmente, estas cosas se pueden hacer bien o mal. Si se hace mal, sólo saldrán ganando unos cuantos especuladores. Pero puedo ser optimista y esperar que se haga bien, ¿verdad? Zaragoza necesita buscarse un futuro más allá de que la fábrica de Opel siga abierta o se la lleven a Bulgaria.

12 diciembre 2004

La tentación

Esta entrada está basada en un comentario de Rapunzell a la anterior, que tal vez haya resultado un tanto críptico para la mayoría de los lectores de este blog.

Un problema importante para los Pelafustanes es el traslado de equipo. Para ir a la RAM necesitamos, además del equipaje normal que todo el mundo lleva, mover una cantidad importante de instrumentos musicales, amplificadores y artilugios varios (pies de micro, soportes varios, etcétera) que ocupan bastante. De los pelafustanes madrileños, el Capi y DaniR ya llevaban sus coches repletos, pero ni Rapun ni yo teníamos uno que pudiéramos llevar. Yo porque ya no tengo, y ella porque el suyo es viejito y no se fiaba de que no nos diera un disgusto por el camino. Así que decidí alquilar un monovolumen para poder llevar mis cachivaches.

En el vehículo hemos viajado cinco personas con nuestro equipaje, además de mis dos guitarras y mi ampli. Rapun y yo éramos los conductores. El coche se ha portado de maravilla, ha consumido poquito, se conducía solo y hemos cabido todos con bastante comodidad. Tanto es así que, en el camino de vuelta, íbamos comentando que era un artefacto peligroso, porque te hacía querer uno. Teniendo en cuenta que a ninguno de los dos nos gustan los coches, tiene su mérito.

Ahí establecimos un paralelismo con el nene de Xevi, nuestro Dios del Trueno. Es peligroso estar mucho rato con él porque te entran deseos irrefrenables de tener uno. Antes de que preguntéis si me refiero a Xevi o al niño, os diré que a los dos, pero de quien hablábamos era del niño. En este caso era más razonable, porque a los dos nos gustan los niños, pero ninguno de los dos tenemos planes de tener uno en un futuro próximo.

Rapunzell, preciosa, si no tenemos cuidado, acabaremos cada uno con un monovolumen lleno de niños. Tendremos que andarnos con pies de plomo.

09 diciembre 2004

Historias de la RAM

Como aún no dejo de darle vueltas a lo que ha pasado estos días, voy a dejar aquí constancia de algunas de las anécdotas sucedidas.

- Ni uno, ni dos, sino tres asistentes a la RAM terminaron en el hospital el lunes. Supongo que es un nuevo récord. Afortunadamente, todos ellos durmieron en el hotel, incluyendo a una que tal vez lea esto.

- El lunes nos llevaron a comer a una sala de fiestas en la que, entre otras cosas, se anunciaba "strip-tease masculino y femenino". Hubo gran algarabía, que se completó cuando las señoritas del grupo iban relatando las características de su cuarto de baño. La comida terminó con una visita turística a dicho cuarto de baño.

- El martes tocaba cena en una sidrería de la que nadie sabía mucho. Fuimos en autobús y, de camino, aún se comentaba el lugar de la comida del día anterior. Llegó el momento en que el autobús se detuvo y nos dejó junto al "Disco-Bar Petri". Toda la comitiva estalló en una carcajada, seguida de una cerrada ovación. Luego se vio que la sidrería estaba unos metros más arríba, pero había que subir andando.

- Este año la de los Pelafustanes no fue la única actuación musical. En la sidrería cantó el ochote al que pertenece uno de los mensistas guipuzcoanos. Eran buenísimos y la concurrencia supo reconocerlo.

- Hablando de los Pelafustanes, casi al final del concierto tuve que pedir a nuestros cantantes que improvisaran algo para entretener al público mientras cambiaba la afinación de mi guitarra, porque para "Every Breath You Take" no llevo la afinación estándar y necesitaba uno o dos minutos. Así que explicaron lo que estaba haciendo y, de paso, pidieron un aplauso para mí por no haberme cargado ninguna cuerda en todo el concierto, en contra de mi costumbre. Ni qué decir tiene que un par de canciones más tarde rompí una.

- Un momento algo tenso se vivió en el ensayo, unas horas antes de la actuación, cuando se hizo evidente que Luzbel, nuestro teclista, no se había enterado de que habíamos cambiado de tono algunas canciones, y se las había aprendido en el original. Por suerte la cosa se arregló sin mayores problemas.

- Este año no pude llevar mi cámara de vídeo para grabar el concierto, así que los Napalm consiguieron una. Habíamos controlado en qué momento del concierto había que cambiar la cinta pero, llegado el momento, vi que quien manejaba la cámara no era Lady Napalm, sino Paywoocket, otro colega sectario. Conque fui a pedirle que cambiara la cinta, por si no se lo habían dicho, que controlara la batería y todo eso. El chico me miraba con cara de decir: "pero, ¿por qué me estará dando la brasa este tipo?" Al día siguiente me enteré de que la cámara de Lady Napalm se había quedado sin batería nada más empezar, y Paywoocket estaba grabando el concierto con la suya, por su cuenta.

- Sabréis que en la RAM se juega a montones de cosas, pero seguramente la partida más celebrada fue una de mus en la que intervino un mensista polaco que tenemos de visita. Como el chico no habla ni papa de español, jugaron la partida en inglés. Entre el regocijo de los espectadores, se escucharon frases como "till the dessert", "the hand of a child", "I envide" (pronúnciese "Ai enváid") y otras por el estilo.

- El último día estuve un rato jugando a las películas y, por supuesto, Sara se puso a mi derecha para que le tocara representar mis películas. En vista de su interés, le dejé intentarlo con "El castillo de mete y saca", cosa que hizo con éxito. Aunque la película estrella fue una barbaridad que se sacó Luzbel de la manga (según él, existe y la vio hace tiempo en el cine): "Jaimito y tres policías peligrosos en Nueva York".

- Otro instante de gran alborozo se dio cuando descubrimos que el padre de un insigne mensista no sólo goza de excelente salud, pese a lo que se dice por ahí, sino que fue quien encontró a Curro. En serio.

- En vista de que les pillaba de camino, los mensistas de Zaragoza quedaron con los navarros para comer juntos a la ida al lado de Pamplona. El caso es que confraternizaron y se está barajando la posibilidad de instituir la RANA (Reunión Anual de Navarra y Aragón). Si la cosa llega a buen puerto, allí me tendrán.

- Raquel y yo no coincidimos del todo en nuestros horarios: ella se acostaba pronto y yo me levantaba tarde. Así que por las mañanas se dedicaba a hacer turismo por su cuenta. Un día se fue a San Sebastián con Jofan y Cassandra y aprovecharon la racha mediática de esta última para que les hicieran un reportaje para el periódico. Bueno, hay muchas cosas distintas que se pueden hacer en la RAM, lo malo es que no se puede estar a todas.

En fin, seguro que me dejo un montón, pero dejo éstas como muestra. Si queréis dejar vuestras historietas favoritas en los comentarios, están abiertos para ello.

08 diciembre 2004

There and Back Again

De vuelta de la RAM con todos los objetivos cumplidos, como demuestra el hecho de que estoy agotado.

He visto a montones de amigos, he conocido a gente a la que quería conocer desde hace tiempo, a otros que no sabía ni que existía... en fin, lo que es una RAM. El concierto de los Pelafustanes fue la bomba (qué ganas tengo de pillar alguna grabación).

Mañana a lo mejor escribo un poco más sobre el asunto. Por ahora, me contentaré con pensar que ya falta menos para la próxima.

03 diciembre 2004

Me voy a la RAM

Últimamente escribo menos que de costumbre. No es que no se me ocurran cosas, pero casi todo son diatribas y quejas. La verdad, no me apetece llenar el blog de ese tipo de entradas.

Menos mal que mañana a estas horas ya llevaré un buen rato de RAM. Allá nos vemos. A la vuelta contaré lo que he hecho por allí.

Y a los que no vengáis, id a ver "Los Increíbles". Ayer fui con Raquel y nos lo pasamos en grande.