Amputación

Hoy era el cumpleaños de un sobrino mío aquí en Madrid, conque iba a tener a mis padres en casa durante el fin de semana. En realidad, hasta el miércoles. Así que, ante la perspectiva de tener a mi madre quejándose de mis melenas durante cinco días sin parar, decidí amputarme el pelo. He durado un añito con el pelo largo, pero se ha terminado. Lo reconozco, soy un cobarde, qué le vamos a hacer.

Nada más salir de la peluquería le mandé una foto a Raquel, que también me ha estado dando la brasa para que me cortase el pelo. No se le ocurrió otra cosa que decirme que se me había quedado cara huevo. Ya le daré yo a esa cuando la vea.

Hoy, en la comunión, he ido a saludar a una amiga de mi tía. Cuando me ha visto, pues eso, hooombre, cuánto tiempo hacía que no te veía. A tu hermano sí, en el cumpleaños de tu primo. No, el del cumpleaños era yo; es que me he cortado el pelo. La pobre se queda parada y me suelta: ¡Pues estabas mucho más guapo con el pelo largo!

Al menos he encontrado a una del grupo de mayores de 60 con criterio, hombre.