01 noviembre 2004

Fin de Semana Pelafustán

Este fin de semana ha sido el siempre esperado Fin de Semana Pelafustán. Que, por lo general, no es un fin de semana, sino un puente. Durante estos días nos reunimos los fabulosos Pelafustanes para ensayar las canciones de nuestro concierto anual.

Esta vez ha sido en Cataluña porque nuestro Dios del Trueno ha sido padre recientemente y no puede separarse de su niño tanto tiempo. Después de ver a la criaturita, tampoco me extraña mucho, porque es una monada.

He estado durmiendo en casa de Dile y Rossie, que han sido unos excelentes anfitriones, cosa que era de esperar, por otro lado. No os daré demasiados detalles de mi estancia allí porque no quiero poneros los dientes largos y, además, uno es un caballero :P

El momento Spinal Tap ha sido protagonizado, una vez más, por el ínclito Capitán Napalm. Este chico está empeñado en dar la nota. El año pasado se desmayó en mitad del ensayo, pero lo de esta vez ha sido más elaborado.

Normalmente ensayábamos hasta las nueve de la noche, pero el domingo el chico anunció que se iría sobre las ocho menos cuarto porque tenía cena familiar en Barcelona (Lady Napalm tiene una hermana allí). Y así lo hizo.

Al cabo de un rato llegan noticias del Capi. Resulta que ensayábamos en una especie de granja a la que se accede por una pista infame, construida sobre una torrentera. Y había caído una tormenta que podríamos calificar como "del carajo". Así que el chico se había quedado atascado en el barro y no podía sacar el coche. Llamamos a los Mossos d'Esquadra, que luego llamaron a la grúa... bueno, el caso es que la grúa tardó un montón en llegar. Nuestro intrépido Capitán, mientras, decidió abrir la puerta del coche sin darse cuenta de lo clavado que estaba, con lo que se le llenó de agua. Incluyendo su teléfono móvil, con lo que no podía llamar a Milady. Que intentó mantener el contacto a través de mi teléfono, pero me quedé sin batería, conque le pasé el número de Dile. Finalmente, la grúa consiguió desatascar el coche, con grandes esfuerzos (el de la grúa pensaba que el coche llevaba el freno de mano echado, para que os hagáis una idea del atasco).

En vista de que se iban, los demás volvimos a Barcelona. Al fin y al cabo, no podíamos llamar al Capi para preguntarle dónde estaba porque se había quedado sin móvil. Ya nos llamaría si nos necesitaba.

Esta mañana nos hemos enterado de que, en efecto, nos necesitaba. Pero, claro, el único teléfono que se sabía de memoria era el de Lady Napalm y... de tanto llamar a todo el mundo, se había quedado sin batería. Esto de los móviles, cuando los necesitas, se van todos a hacer puñetas. El pobre chico llegó a casa de sus cuñados a la una de la mañana, hecho una sopa.

El momento más divertido fue cuando el de la grúa abrió el maletero del coche del Capi para sacar un gancho que iba acoplado a la rueda de repuesto, operación que se vio sazonada por los comentarios de DaniR:

"¡Dios mío, si lleva en el maletero un montón de revistas de porno infantil! ¡Y un cargamento ilegal de armas! Seguro que en esa galleta lleva un alijo de droga. ¡Ah, no, si es la rueda de repuesto! Pues me había parecido una galleta Oreo de veinte kilos." Mientras, el Capi intentaba achicar el agua del coche con una botella de agua y nos miraba con cara de resignación cristiana.

Por lo demás, entre unas cosas y otras, no pudimos ver a nadie más en Barcelona (teníamos pensado llamar a alguien el domingo, pero con esta aventura acabamos todos llegando bastante tarde a casa y calados hasta los huesos). Bueno, ya nos veremos en la RAM.

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