Hace un momento iba a echar un trago de agua antes de irme a dormir. He pasado al lado de la lavadora y... ups, se me había olvidado que acababa de lavar la ropa y tenía que tenderla.
No es mi actividad favorita a las doce de la noche, a finales de noviembre. Pero bueno, a pasar un poquito de frío, qué le vamos a hacer. Al menos la ropa estaba bastante seca, conque no iba a mojarme mucho.
Demasiado seca. Seca del todo.
Parece que también se me había olvidado encender la lavadora. Había echado el jabón, el suavizante, le había dado a la rosquita... y no al maldito botón.
El caso es que necesitaba lavar la ropa hoy, así que tendré que tenderla a la una y pico de la mañana. Además de hacer frío, tendré sueño.
24 noviembre 2004
Falta de riego
15 noviembre 2004
Sorry Everybody
Hace unos meses escribí aquí que el hecho de que Bush me caiga como una patada en los cojones no me convierte en antiamericano. Ni siquiera ahora que ha sido reelegido.
A quienes no estéis de acuerdo (y también a quienes sí) os recomiendo que os deis una vueltecita por Sorry Everybody. Qué majetes, ¿no?.
14 noviembre 2004
Acatarrado
Pues sí, llevo un catarro encima que para qué. El viernes ya lo noté un poco, ayer más, y hoy estoy hecho polvo. La pobre Raquel se ha tenido que ir solita al autobús porque yo me he metido a la cama y he salido hace un rato de ella.
Una pena, porque ha sido un buen fin de semana. Ayer estuve a mediodía en un cumpleaños del núcleo. Nuestro guiri hizo una fondue y me atiborré. No estábamos muchos, porque su salón no es muy grande y no cabíamos más, pero lo pasamos bien. Al final acabamos toda la tarde, tranquilamente, jugando a la variante espacial del Catán. Nunca la había probado y está muy bien; creo que, estratégicamente, es más fácil que el original, pero por lo demás es bastante parecida.
Luego hubo Tomberchuzo de inaguración de su nueva casa. Ya tuvo su primera queja de la vecina, ¡bien por Tomber! El chuzo tuvo gran éxito de crítica y público, incluyendo algunos asistentes poco habituales y también, por desgracia, alguna ausencia sensible. De las pocas veces que he visto a Raquel pasarlo bien en un chuzo, además.
Hoy debería haberme ido a ver a Bill Bruford. Para una vez que me entero a tiempo de que viene a Madrid (suelo hacerlo al día siguiente del concierto), no estoy en condiciones. Ya me pasó hace unos cuantos años en Zaragoza, con Johnny Winter, pero pude verlo al año siguiente. A ver si esta vez es igual.
09 noviembre 2004
Derecheros
Por causas que no vienen al caso, hace un momento me he acordado de un colectivo sobre el que hace tiempo quería escribir aquí: los derecheros. Es una palabreja que me he inventado y no debe confundirse con "derechistas": hay derecheros en todo el espectro político. Un derechero es alguien que tiene derecho a todo. Esas personas que os encontráis y dicen: "pero yo también tengo derecho a...". Para ser derechero, claro, hay que completar correctamente la frase. El presunto derecho debe caer en una de estas dos categorías:
a) ser una gilipollez
b) ir en contra de los derechos de los demás
Lo más importante del mundo para un derechero son sus derechos. Y, por una ley de simetría universal, lo menos importante son los derechos de los demás. Ejemplo: "¿Por qué me tienen que poner una multa si dejo mi coche ahí? Está permitido circular y, simplemente, lo que hago es circular a velocidad cero." Esta estruendosa gilipollez se la he oído a varios derecheros. Alguien la inventó y a otros les ha parecido inteligentísima e ingeniosísima, así que no se han cortado a la hora de copiarla.
Otra:
Persona: Organizo una cena dentro de dos sábados, ¿quieres venir?
Derechero: No puedo, ¿por qué no la haces dentro de tres?
Persona: No, tiene que ser dentro de dos.
Derechero: Pero todos tenemos derecho a opinar sobre la fecha, ¿no?
NO, MERLUZO, NO. Tienes derecho a ir o no, ya que te invitan, o a organizar otra tú mismo si no te viene bien, pero no jodas al pobre que se lo ha currado. No tienes derecho a que los demás trabajen para ti.
Más, que estoy embalado: "Es que los aviones hacen un ruido que para qué junto a mi casa, yo también tengo derecho al silencio." Cuando compraste un piso junto al aeropuerto por cuatro perras, ¿no se te ocurrió que era tan barato por algo? Ah, claro, es que eres un lince para los negocios y luego tienes derecho a que cierren el aeropuerto para ti, ¿verdad?
Los derecheros suelen ser grandes defensores de los derechos de las minorías. Exclusivamente cuando ellos pertenecen a esa minoría, claro. Si no, les pueden ir dando.
Los derecheros tienen dos cualidades: me ponen de muy mal genio y me hacen perder todo respeto por ellos. Cuando un derechero suelta una de sus chorradas, inmediatamente pierdo todo el interés por él y tengo ganas de alejarme. Eso si no me pillan con el día cruzado. En ese caso, antes de pasar de ellos les digo lo que opino del derecho que acaban de invocar. En un 95% de los casos, la reacción del derechero consiste en quedarse mirándome con la boca abierta y aspecto de incomprensión. Ése es un buen momento para largarse y evitar volver a cruzarse con el derechero.
08 noviembre 2004
Amigos
Hace tiempo que no hacía un test de Quizilla, pero he visto éste en el blog de chorradas de beor y aquí tenéis el resultado.
Category I - The Hub
You're a 'people person'. Networking runs in your
blood. Consequently, you can move through most
social circles with ease.
What Type of Social Entity are You?
brought to you by Quizilla
El caso es que ya había pensado en escribir algo sobre los amigos. Este fin de semana he tenido la cena anual con mi cuadrilla del pueblo. Es, posiblemente, el grupo de amigos más heterogéneo que tengo. La mayoría de ellos tienen en común haber nacido en el mismo pueblo y haber estudiado juntos en el instituto; algunos otros, como yo, ni siquiera eso. Más o menos la mitad del grupo se ha quedado a vivir en el pueblo y la otra mitad se ha ido a Zaragoza, con algún especimen raro (una vez más, yo entre ellos) que está en otra ciudad. Pero nos vemos casi todos tres veces al año: para las fiestas del pueblo, cuando hacemos una cena; para primavera, cuando organizamos un fin de semana en el que nos juntamos todos con nuestras respectivas parejas; y a principios de noviembre, cuando hacemos una cena sólo para los chicos. En cierto modo, la cena de noviembre es como una despedida de soltero, y el fin de semana de primavera es como una boda. Pero sin novios, claro.
La tarde de la cena vamos apareciendo todos por un bar donde nos dedicamos a jugar al futbolín y beber cerveza, pagada por quien pierde al futbolín. De manera que, si llegas un poco pronto, a la hora de cenar ya has trasegado un par de litros de birra. Luego la cena propiamente dicha y toda la noche por ahí. Solemos pasarlo muy bien, claro.
Y también me sirve para ver qué poco tengo que ver con algunos de mis amigos. Estuve hablando cosa de un cuarto de hora con uno de ellos, y vi que no nos parecíamos en nada. Ni él me entendía a mí, ni yo a él. Sin embargo, hace 25 años que nos conocemos, y sé que haría por mí cualquier cosa que le pidiera. Mi amigo tiene un primo hermano también en la cuadrilla; cuando eran más jóvenes, eran casi iguales. Sin embargo, ahora son completamente distintos, y con este otro me entiendo mucho mejor. Simplemente, la vida nos ha llevado a cada uno por caminos diferentes, y nos ha hecho personas diferentes.
A veces me da por pensar cómo habría sido mi vida si hubiera hecho algunas cosas de otra manera. Por ejemplo, si me hubiera casado y hubiera tenido hijos. Sobre todo, cómo sería yo. Pero, claro, la vida no es como un juego de rol, en el que un día tienes un personaje de una forma, y otro día tienes otro distinto. Tienes que elegir e intentar que te guste lo que salga, porque la vuelta atrás es complicada. Por lo menos, yo estoy razonablemente contento con cómo voy saliendo.
01 noviembre 2004
Fin de Semana Pelafustán
Este fin de semana ha sido el siempre esperado Fin de Semana Pelafustán. Que, por lo general, no es un fin de semana, sino un puente. Durante estos días nos reunimos los fabulosos Pelafustanes para ensayar las canciones de nuestro concierto anual.
Esta vez ha sido en Cataluña porque nuestro Dios del Trueno ha sido padre recientemente y no puede separarse de su niño tanto tiempo. Después de ver a la criaturita, tampoco me extraña mucho, porque es una monada.
He estado durmiendo en casa de Dile y Rossie, que han sido unos excelentes anfitriones, cosa que era de esperar, por otro lado. No os daré demasiados detalles de mi estancia allí porque no quiero poneros los dientes largos y, además, uno es un caballero :P
El momento Spinal Tap ha sido protagonizado, una vez más, por el ínclito Capitán Napalm. Este chico está empeñado en dar la nota. El año pasado se desmayó en mitad del ensayo, pero lo de esta vez ha sido más elaborado.
Normalmente ensayábamos hasta las nueve de la noche, pero el domingo el chico anunció que se iría sobre las ocho menos cuarto porque tenía cena familiar en Barcelona (Lady Napalm tiene una hermana allí). Y así lo hizo.
Al cabo de un rato llegan noticias del Capi. Resulta que ensayábamos en una especie de granja a la que se accede por una pista infame, construida sobre una torrentera. Y había caído una tormenta que podríamos calificar como "del carajo". Así que el chico se había quedado atascado en el barro y no podía sacar el coche. Llamamos a los Mossos d'Esquadra, que luego llamaron a la grúa... bueno, el caso es que la grúa tardó un montón en llegar. Nuestro intrépido Capitán, mientras, decidió abrir la puerta del coche sin darse cuenta de lo clavado que estaba, con lo que se le llenó de agua. Incluyendo su teléfono móvil, con lo que no podía llamar a Milady. Que intentó mantener el contacto a través de mi teléfono, pero me quedé sin batería, conque le pasé el número de Dile. Finalmente, la grúa consiguió desatascar el coche, con grandes esfuerzos (el de la grúa pensaba que el coche llevaba el freno de mano echado, para que os hagáis una idea del atasco).
En vista de que se iban, los demás volvimos a Barcelona. Al fin y al cabo, no podíamos llamar al Capi para preguntarle dónde estaba porque se había quedado sin móvil. Ya nos llamaría si nos necesitaba.
Esta mañana nos hemos enterado de que, en efecto, nos necesitaba. Pero, claro, el único teléfono que se sabía de memoria era el de Lady Napalm y... de tanto llamar a todo el mundo, se había quedado sin batería. Esto de los móviles, cuando los necesitas, se van todos a hacer puñetas. El pobre chico llegó a casa de sus cuñados a la una de la mañana, hecho una sopa.
El momento más divertido fue cuando el de la grúa abrió el maletero del coche del Capi para sacar un gancho que iba acoplado a la rueda de repuesto, operación que se vio sazonada por los comentarios de DaniR:
"¡Dios mío, si lleva en el maletero un montón de revistas de porno infantil! ¡Y un cargamento ilegal de armas! Seguro que en esa galleta lleva un alijo de droga. ¡Ah, no, si es la rueda de repuesto! Pues me había parecido una galleta Oreo de veinte kilos." Mientras, el Capi intentaba achicar el agua del coche con una botella de agua y nos miraba con cara de resignación cristiana.
Por lo demás, entre unas cosas y otras, no pudimos ver a nadie más en Barcelona (teníamos pensado llamar a alguien el domingo, pero con esta aventura acabamos todos llegando bastante tarde a casa y calados hasta los huesos). Bueno, ya nos veremos en la RAM.