Mañana sábado tengo una pequeña fiestecita en Zaragoza. Estaremos los cinco amigos que seguimos siéndolo desde hace treinta años. Esta vez no vienen los otros amigos de nuestra cuadrilla, ni siquiera nuestras chicas. Ellos cuatro están casados y tres de ellos tienen hijos, pero han convencido a sus santas para que se lleven a su prole y nos dejen a nosotros solitos para hacer el garrulo.
No es una cosa que me hiciera una ilusión especial, porque yo ejerzo bastante de soltero. Estoy mucho más tiempo sin Raquel que con ella. Ni siquiera nos vemos todos los fines de semana. Pero, claro, entiendo que los pobres padres de familia sí estén con unas ganas que para qué.
La cosa, en principio, va a ser muy pacífica. Nos juntamos en casa de uno de ellos, ponemos discos (cada uno tiene que llevar los que le apetezcan, a poder ser representativos de lo que los demás esperamos de él), echamos unos tragos, cenamos... ya veis, no pretendemos tirarnos al patético rollo de ir por los mismo garitos que hace veinte años a intentar ligar, mientras las chicas nos preguntan si somos el padre de alguna de ellas.
El día que me veáis hacer eso, castradme, por favor.
Me parece que mis amigos se van a tragar todos los vídeos de los Pelafustanes. Bueno, el de hace dos años no, que no les odio tanto. Pero los dos últimos, sí.
En fin, pasad un buen fin de semana. Yo también pienso hacerlo.
14 mayo 2004
Solteros
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