Aprovechando que era domingo, íbamos a pasar nuestro primer día en Tokyo por la zona de Shibuya. Menciono lo del domingo porque teníamos entendido que ese día había grandes concentraciones de frikis locales. Y los frikis japoneses son muy llamativos. Esperábamos ver una fauna variopinta.
Fue más variopinta de lo esperado. Resultó que se celebraba el Super Yosakoi en Harajuku, que está en el barrio de Shibuya. Así que había un desfile de comparsas que luego actuaban en unos escenarios situados a la entrada del parque Yoyogi. Cada comparsa la formaban entre 50 y 100 personas (algunas eran mixtas, otras sólo femeninas) y pasaron montones de grupos durante toda la mañana. No sé cuántos miles de personas participaron en el festival. Todos con atuendos de estilo japonés y muy llamativos. En fin, que resultó muy espectacular, aunque nosotros no entendíamos bien de qué iba el asunto.
Ya que estábamos, nos metimos en Yoyogi-koen (el astuto lector de esta plasto-serie ya habrá deducido que "koen" significa "parque" en japonés), dentro del cual está el santuario Meiji-jingu (y también habrá adivinado el significado de "jingu"). Este santuario sintoísta está dedicado al emperador Meiji y su esposa, que fueron divinizados al morir. No creo que hoy día haya mucha gente que crea en la divinidad del emperador, pero el sintoísmo sigue siendo parte de la esencia japonesa. Incluso vimos cómo entraba una comitiva nupcial en el santuario. Hay algunas normas en los santuarios que no son fáciles de entender para nosotros. Por ejemplo, no les importa poner tenderetes varios en el interior de los templos, pero en éste no dejaban hacer fotos de frente, había que hacerlas desde un lateral. De todos modos, no hay por qué preocuparse; si haces algo incorrecto, lo más probable es que alguien te lo indique amablemente. Por ejemplo, a mí se me ocurrió sentarme en la escalera de entrada; entonces vino un guardia y me pidió que me levantara con una sonrisa y todo suavidad. Así da gusto.
Después de ver el santuario estuvimos dando una vuelta por el parque. Los parques japoneses suelen ser muy frondosos, casi parecen bosques. Algunos, como éste, incluso tienen sus arroyitos. Todo muy agradable.
Volvimos a salir por donde habíamos entrado y allí seguía el Yosakoi a todo tren. Ahora sí que había peña friki en el puente de entrada. Gente con disfraces varios, pero no mucha. Tal vez porque el Yosakoi había tomado su espacio natural, tal vez porque llovía. Sí, siguió lloviendo casi sin parar durante varios días. Una pena, pero nada raro, porque Japón es un país muy lluvioso. Peor habría sido que nos hubiera pillado un tifón.
Subimos luego por Omotesando, la calle principal de Harajuku, viendo el desfile del Yosakoi. Muy espectacular, como he dicho antes. Cada grupo iba precedido por una carroza desde la que sonaba su música y ellos iban detrás haciendo sus coreografías.
A mediodía buscamos un lugar para comer, pero era una zona chunga. En una calle de tiendas pijas es difícil encontrar sitios baratitos. Y, acostumbrados a los días anteriores, cualquier cosa que pasara mucho de los 1000 yen nos parecía cara. Al final acabamos comprando comida vegetariana en un deli y comiéndonosla en unos bancos a la puerta.
Pero no temáis por nosotros: para compensar la comida macrobiótica, luego nos metimos en una pastelería y nos zampamos unos bollitos.
De vuelta hacia Shibuya por otro sitio volvimos a ver muchos restaurantes baratos. Parece que nuestro presupuesto no se iba a resentir demasiado en Tokyo, después de todo.
Cassandra quería comprarse una cámara fotográfica, así que Jofán y ella se fueron a ver tiendas. Quedamos con ellos por la noche otra vez en Shibuya, para cenar, y nosotros nos fuimos a Roppongi. Una zona muy pija con tiendas, rascacielos y demás. Pero cada vez llovía más, así que acabamos tomando unos cafés en un Starbucks. Cosa que mis pobres pies agradecieron un montón.
Volvimos a Shibuya antes de la hora convenida, de modo que nos metimos en el Tokyu Food Show, que está debajo. Es como un mercado, pero venden también mucha comida preparada para llevar. De todo tipo, con tal sea japonesa o al menos oriental. Nos estaba entrando un hambre que no veas, porque todo tenía una pinta buenísima. Decidimos que, si los otros llegaban sin hambre, nos compraríamos una bandeja enorme de sushi que habíamos visto y nos la comeríamos en el hotel. Pero no fue así. Ellos también llegaron antes de la hora. De hecho, nos dijeron que al final no habían ido a ver cámaras porque habían pensado que no les daría tiempo, así que se habían quedado por Shibuya y llevaban rato haciendo tiempo. Los problemas de no llevar móviles.
Así que nos fuimos a comer carne, por variar un poco, a un garito que habíamos visto a mediodía. El Pepper Steak, que saca carne a la plancha con pimienta. Bastante bien para el precio, que era barato. Y vuelta a casa con la tripa llena, lo que siempre hace ver las cosas de otra manera.
01 octubre 2008
24/08 Tokyo (Shibuya)
Etiquetas:
Japón,
plasto-serie
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2 comentarios:
Yo quiero fotos de los frikis japoneses. Es que llevan cada traje...
Yo saco fotos suyas de internet para usarlas en clase...
Yo sólo hice una foto y no muy buena. Cassandra tiene unas cuantas, esperemos que cuelgue alguna en su blog.
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