Ultimamente no paso toda mi jornada laboral en la oficina de siempre. Tenemos una compañera desplazada en unas instalaciones de un cliente y la chica necesitaba que alguien la ayudara durante algún tiempo, así que ahora voy dos días por semana allí. Llamo a ese sitio "el balneario" porque se respira una paz y una tranquilidad que no veas.
No es que no hagamos nada, ni que no trabajemos. Pero estamos sólo cuatro personas (cuando estamos los cuatro) en una habitación, cada cual a su bola, sin que nadie venga a darnos la brasa, sin jefes rondando. Hasta ahora no me había dado cuenta de lo ruidosa que es mi oficina, donde estamos casi cincuenta personas. Y no muy calladitos, que digamos.
Además, en el balneario sólo hay edificios pequeños con jardincitos entre ellos, así que de vez en cuando puedes darte un paseíto. Es una pena que ya no vaya a estar mucho más tiempo, porque en primavera se tiene que estar de maravilla.
Creo que voy a echarlo de menos. Pero, de momento, voy a ir casi todos los días, en lugar de sólo dos por semana. Aprovechemos mientras dure.
03 febrero 2005
El balneario
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