El otro día uno de mis compañeros, A., trajo a su niño recién nacido al trabajo, para que lo conociéramos. Podéis imaginar que se generó bastante algarabía con la criatura.
Cuando ya se iban, otro de mis compañeros, M., hizo una petición que ocasionó el siguiente diálogo:
M: ¡Quédanosle!
A: ¿Qué?
M: Que nos le quedes.
Suele decirse que, una vez sabes tocar un instrumento musical, aprender otro es relativamente fácil. Supongo que este pequeño fragmento que he reproducido explica por qué mi compañero M. es incapaz de aprender a hablar en inglés.
18 septiembre 2004
Perlas del lenguaje
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