El sábado pasado estuve en la reunión de Mensa en Zaragoza, donde teníamos como invitado a Bizén Fuster, presidente de la Chunta Aragonesista y candidato número 2 en su lista al Congreso por Zaragoza (el número 1 sigue siendo Labordeta). La idea de la invitación era conocer a un político en persona y ver cómo son estos tipos a los que sólo vemos por la tele o de los que leemos en los periódicos. Entre los que acudimos a la reunión había personas que veían su partido con más o menos simpatía, aunque nadie abiertamente hostil. Eso hizo que tuviéramos un ambiente muy distendido, que Bizén se sintiera cómodo contestando a nuestras preguntas y que todos pasáramos un rato agradable, a la par que instructivo.
Para mí, lo más interesante en las ocasiones en que he podido conversar con un político es darme cuenta de que también es una persona, que te cuenta sus experiencias sin pretender estar por encima de ti. Tal vez he tenido suerte con los políticos con que me he topado. Claro que, en este caso, el pobre Bizén lo tiene difícil para conseguir mi voto, porque ahora estoy empadronado en Madrid.
Oímos muchas veces que todos los políticos son unos ladrones, que no hay ninguno bueno, que no sé qué... en mi opinión, hay mucha gente fundamentalmente honesta que se mete en política. Ocurre que también es un buen sitio para hacer chanchullos y ganar dinero rápido, por lo que es fácil que se metan muchos chorizos. Y los otros tienen que aguantar que los metan en el mismo saco. Debe de ser jodido.
08 marzo 2004
Políticos
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