27 octubre 2003

Elecciones

A estas horas, ya sabemos con seguridad que el PP ha ganado las elecciones de la Comunidad de Madrid. Bueno, eso ha votado la gente y hay que aceptarlo. Eso no quita para que me parezca que todo lo ocurrido durante los últimos cinco meses haya sido asqueroso.

Sinceramente, no me extraña que un buen número de votantes del PSOE de mayo haya decidido quedarse en casa. Al día siguiente de la deserción de Tamayo y Sáez, un alto cargo del partido cargó contra ellos y dijo que siempre les habían llamado 'los del maletín' por sus tejemanejes inmobiliarios. Es decir, que sabían que eran unos chorizos y, aún así, los habían puesto en sus listas. Muy edificante. ¿Cómo pueden pedirnos que nos fiemos de ellos ahora? ¿Cuántos más chorizos conocidos quedaban en su lista?

La postura del PP no ha sido mejor, defendiendo a capa y espada a sus propios ladrones. Y me ha parecido penoso que durante estos últimos días hayan fiado sus esperanzas a la abstención.

Los más coherentes han sido los de IU, salpicados por un escándalo con el que, aparentemente, no tenían nada que ver. Yo confiaba en que parte del voto desencantado del PSOE fuera hacia ellos, entre otras cosas por joder a los tránsfugas, que se amparaban en el débil argumento de que los votantes del PSOE no querían la alianza con IU. Sin embargo, no ha sido así. Sólo han mantenido sus escaños.

Dejando aparte los partidos, la petición de los periodistas y tertulianos peperos de que gobierne siempre la lista más votada es de un estulto que mata. Es decir, está prohibido que los partidos se pongan de acuerdo entre sí. Debe gobernar uno que no podrá sacar nunca adelante ninguna propuesta porque tendrá en contra a la mayoría del parlamento. Claro que sólo lo dicen para influir en las mentes más reacias a pensar un poquito.

En Aragón hemos tenido varios ejemplos de gobiernos de coalición sin incluir la lista más votada, de uno y otro signo. Hace unos años, el PSOE tenía 30 escaños de los 67 totales, pero gobernaban el PP y el PAR en coalición porque sumaban 34 entre los dos (19+15 o algo así). Bastante lógico, desde mi punto de vista, aunque ahora el PP se queje de que ocurra lo contrario (el más votado es el PP, pero gobiernan el PSOE y el mismo PAR en coalición). En aquel tiempo, el PSOE aragonés estaba liderado por un conocido mafioso llamado José Marco. El tipo compró a un oscuro diputado pepero llamado Gomáriz y, no sé cómo, convenció a los tres diputados de IU para que le apoyaran en el llamado "Gomarcazo", una moción de censura que le colocó en el poder. Aquel chanchullo fue tremendamente impopular, acabó no mucho después con la dimisión de Marco y se reflejó en las elecciones con un tremendo hostión del PSOE (recuerdo que en el ayuntamiento de Zaragoza bajaron de 15 a 6 concejales, nada mal) y la casi desaparición de IU del mapa político aragonés. Me alegré de que la gente diera su merecido a quienes habían apoyado al mafioso.

Ahora, en Madrid, la única alegría que tengo es que el partido recién fundado por el chorizo sólo ha sacado un misérrimo 0,23% de los votos. Tal vez la paupérrima actuación de los políticos socialistas durante estos meses haya impedido otra cosa.


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