A estas horas, ya sabemos con seguridad que el PP ha ganado las elecciones de la Comunidad de Madrid. Bueno, eso ha votado la gente y hay que aceptarlo. Eso no quita para que me parezca que todo lo ocurrido durante los últimos cinco meses haya sido asqueroso.
Sinceramente, no me extraña que un buen número de votantes del PSOE de mayo haya decidido quedarse en casa. Al día siguiente de la deserción de Tamayo y Sáez, un alto cargo del partido cargó contra ellos y dijo que siempre les habían llamado 'los del maletín' por sus tejemanejes inmobiliarios. Es decir, que sabían que eran unos chorizos y, aún así, los habían puesto en sus listas. Muy edificante. ¿Cómo pueden pedirnos que nos fiemos de ellos ahora? ¿Cuántos más chorizos conocidos quedaban en su lista?
La postura del PP no ha sido mejor, defendiendo a capa y espada a sus propios ladrones. Y me ha parecido penoso que durante estos últimos días hayan fiado sus esperanzas a la abstención.
Los más coherentes han sido los de IU, salpicados por un escándalo con el que, aparentemente, no tenían nada que ver. Yo confiaba en que parte del voto desencantado del PSOE fuera hacia ellos, entre otras cosas por joder a los tránsfugas, que se amparaban en el débil argumento de que los votantes del PSOE no querían la alianza con IU. Sin embargo, no ha sido así. Sólo han mantenido sus escaños.
Dejando aparte los partidos, la petición de los periodistas y tertulianos peperos de que gobierne siempre la lista más votada es de un estulto que mata. Es decir, está prohibido que los partidos se pongan de acuerdo entre sí. Debe gobernar uno que no podrá sacar nunca adelante ninguna propuesta porque tendrá en contra a la mayoría del parlamento. Claro que sólo lo dicen para influir en las mentes más reacias a pensar un poquito.
En Aragón hemos tenido varios ejemplos de gobiernos de coalición sin incluir la lista más votada, de uno y otro signo. Hace unos años, el PSOE tenía 30 escaños de los 67 totales, pero gobernaban el PP y el PAR en coalición porque sumaban 34 entre los dos (19+15 o algo así). Bastante lógico, desde mi punto de vista, aunque ahora el PP se queje de que ocurra lo contrario (el más votado es el PP, pero gobiernan el PSOE y el mismo PAR en coalición). En aquel tiempo, el PSOE aragonés estaba liderado por un conocido mafioso llamado José Marco. El tipo compró a un oscuro diputado pepero llamado Gomáriz y, no sé cómo, convenció a los tres diputados de IU para que le apoyaran en el llamado "Gomarcazo", una moción de censura que le colocó en el poder. Aquel chanchullo fue tremendamente impopular, acabó no mucho después con la dimisión de Marco y se reflejó en las elecciones con un tremendo hostión del PSOE (recuerdo que en el ayuntamiento de Zaragoza bajaron de 15 a 6 concejales, nada mal) y la casi desaparición de IU del mapa político aragonés. Me alegré de que la gente diera su merecido a quienes habían apoyado al mafioso.
Ahora, en Madrid, la única alegría que tengo es que el partido recién fundado por el chorizo sólo ha sacado un misérrimo 0,23% de los votos. Tal vez la paupérrima actuación de los políticos socialistas durante estos meses haya impedido otra cosa.
27 octubre 2003
Elecciones
25 octubre 2003
Los Pelafustanes, a machacar
Mañana tengo ensayo con casi la mitad de los Pelafustanes (no está mal). He estado repasando nuestro repertorio y, a mes y medio de la RAM, lo tengo casi controlado. Es la primera vez que me pasa.
En realidad, no tengo ningún problema para tocar canciones que sólo llevo medio hilvanadas. Con la Banda toco muchas veces canciones que no he oído antes. Como ellos están en Zaragoza y yo en Madrid, no puedo ir a los ensayos, así que me entero de las canciones nuevas cuando las tocamos en algún sitio.
El problema es que con la guitarra eléctrica tengo menos tablas. Me faltan recursos para improvisar cuando no conozco lo que estoy tocando.
Además, es muy, muy importante tener el día bueno. El año pasado, en la RAM tuve un día pésimo. En cambio, en el ensayo general lo tuve muy bueno. Me salía todo. Mientras tocaba en la RAM, me acordaba y pensaba: "jo, si el otro día esta canción me salía solita, empezaba a tocar y podía improvisar una hora sobre ella; en cambio, ahora tengo que hacer un vulgar solo de cuatro compases y no sé qué hacer". Al final, acababa tocando todo el rato lo mismo. Sólo quería que se acabara eso de una vez. Menos mal que tenemos un público tremendo y lo aguantaban todo.
Si este año tengo el día bueno, puede ser la caña.
Humoristas
Un test que he encontrado en Continuacion:
SARCASM: Your humor tends to sarcasm. You win a lot
of arguments because you can find the
ridiculous-ness and error of anothers
arguments. You have a quick mind, and a razor
tongue. You are funny because the flaws in
other people are funny, and you point them out.
HONOR US WITH YOUR SHARP WIT AND JOIN:
http://pub98.ezboard.com/bkickbanned
How funny are you?
brought to you by Quizilla
Supongo que cualquiera que me conozca estará de acuerdo en que el test ha acertado de lleno.
17 octubre 2003
16 octubre 2003
Lo que a nadie le importa ;)
Hoy tengo un enlace nuevo, a Lo que a nadie le importa ;). El emoticón viene en el título. Es el blog de Sherraiza y, bueno, al menos a mí sí me importa.
14 octubre 2003
La historia de la Banda
Durante el "desfile" del que os hablaba en la entrada anterior repartían una octavilla en la que se contaba el origen de la Peña El Brabán, organizadora del acto, y mi banda, la Banda del Canal. La historia de ambas se inició a la vez, hace nada menos que 26 años. En aquellos tiempos, las fiestas del Pilar en Zaragoza consistían en poco más que la Ofrenda de Flores y la cena que organizaba el ayuntamiento para las fuerzas vivas de la ciudad, con asistencia de las reinas de las fiestas (hijas de concejales o industriales ricos), en la Lonja, un palacio situado entre el Pilar y el Ayuntamiento. Esta es la narración del día en que ambas nacieron y que se conmemoraba en esta ocasión, según un miembro anónimo de la peña que escribió la octavilla:
[Para quien no conozca la ciudad, Torrero es un barrio separado del resto de Zaragoza por el Canal Imperial de Aragón, donde estaban, entre otras cosas, la cárcel y el cementerio. Y yo tenía once años recién hechos, así que ni me enteré de los hechos que aquí se cuentan].
Los precedentes de la Peña El Brabán y de la Banda del Canal los encontramos en las Fiestas del Pilar de 1977. No existían todavía lo que hoy conocemos como fiestas populares, pero se vivía un momento de eclosión de la vida democrática repleta de grupos políticos todavía sin legalizar, y de un movimiento ciudadano con gran capacidad de convocatoria que se vertebraba en torno a las Asociaciones de Vecinos. Estos dos elementos, Partidos de Izquierda y Asociaciones Vecinales eran entonces el germen de casi todas las movilizaciones.
La necesidad de unas fiestas populares era algo patente que no podía sustraerse a esa vitalidad de la sociedad civil que todo lo invadía. Por ello, se convocó una especie de desfile festivo, cuyo comienzo fue en Torrero, y que pretendía llegar hasta La Lonja para llamar la atención ante la cena de gala que todos los años convocaba "el búnker", nombre por el que se conocía a la facción más franquista de entre los franquistas. No pretendíamos reventar nada, sino manifestar nuestra alegría y, de paso, fastidiar un poco, claro.
La marcha-defile-manifestación estuvo encabezada por un bombo y un tambor. No había instrumentos de viento ni falta que hacían. Las alrededor de mil personas que allí acudimos no cesamos en el empeño de cantar a voz en grito las melodías festivas de toda la vida, aderezadas con aquel famoso "chss, chss, que vienen, que vienen". Éste fue el principio de lo que durante tantos años hemos conocido como "La Banda del Canal", y que hoy sigue siendo un símbolo festivo en Zaragoza.
Al acabar el recorrido en la confluencia de la calle Don Jaime y la Plaza del Pilar nos esperaba una aguerrida compañía de "grises" formando una barrera infranqueable. Para nosotros este tipo de formación policial era totalmente novedosa, pues hasta entonces nos tenían acostumbrados a sorprendernos a traición, sin dejarnos andar más de cien metros y tapándonos las posibles escapatorias, convirtiendo cualquier movilización en una peligrosa encerrona en la que te jugabas la integridad física.
Nada más avistar el despliegue corrí a ponerme en la cabeza del grupo festivo para intentar negociar con los "grises" y evitar cargas con consecuencias no deseadas, no en vano hacía poco más de un año que había salido de la cárcel y tenía cierta familiaridad con el aparato represor heredado de la dictadura. Pese a mi buena voluntad, sinceramente sólo me esperaba un porrazo y a correr; ante mi sorpresa, el oficial que mandaba las fuerzas me saludó educadamente y me comunicó que tenían órdenes de evitar que pasáramos de aquel punto; yo le contesté que si nos dejaban pasar hacia la Plaza del Pilar no boicotearíamos la cena de la Lonja, pues sólo pensábamos cantar y bailar en la Plaza, pues para eso eran las Fiestas del Pilar. En ese momento, los más "valientes", desde la cola de nuestro grupo, comenzaron a proferir gritos como ¡policía asesina! o aquel famoso ¡social, acuérdate de Portugal!, en alusión a la huída precipitada de los torturadores de la PIDE portuguesa durante la Revolución de los Claveles. Al oír estas frases, y otras de mucho peor gusto, el que mandaba el grupo de grises se puso tenso y nervioso, se volvió hacia los suyos y mandó cargar; cuando dio aquella orden yo ya me encontraba a bastantes metros de aquel conflictivo lugar, pero no todos pudieron correr a la misma velocidad.
La carga fue brutal. Llegaron ambulancias y el caos se apoderó de la zona. En mi memoria ha quedado la cara ensangrentada de una joven de 15 años que ni siquiera nos permitían auxiliar mientras yacía en el suelo semiinconsciente. La nota curiosa la puso Carmelo, de la Banda del Canal, disfrazado de preso, con un bombo corriendo delante de los grises. Cuando se hubieron marchado las ambulancias y el lugar quedó vacío y humeante, se dio una situación que jamás he llegado a comprender. Los "manifestantes" volvimos lentamente a la calle Don Jaime; sin saber cómo, nos encontrábamos caminando, silenciosos, entre los policías que nos miraban de reojo sin inmutarse, como el niño que ha hecho algo malo y teme que le regañen.
Cuando empezábamos a reaccionar ya estábamos en la Plaza del Pilar. Fue entonces cuando recordamos para qué estábamos allí. Comenzamos a hacer corros mientras los tambores seguían sonando; cantábamos, bailábamos y hacíamos pequeñas torres humanas entre el regocijo general. Poco a poco fue llegando más gente que contribuía a crear un ambiente festivo inusitado, una extraña complicidad en una situación nueva para todos.
A partir de ese momento, la Banda del Canal, con el fin de hacer música, divertirse y divertir, iniciaron una larga trayectoria que alcanza 26 años, participando a voluntad en las manifestaciones festivas de la ciudad, siempre de manera independiente y sin ánimo de lucro.
Esa noche trágica y mágica de los primeros días de octubre de 1977 fue la que nos impulsó a crear lo que luego ha sido la peña El Brabán.
El año siguiente nació la Peña El Brabán, y con la vocación de lograr para nuestra ciudad unas fiestas populares, fue la chispa que encendió los ánimos ciudadanos, y vehículo de alegría y diversión.
La estela la han seguido a lo largo de los años muchas más peñas, que han proporcionado un colorido especial, y el Ayuntamiento poco a poco fue dotando de más contenidos nuestras fiestas, y con el espíritu hospitalario y alegre de nuestros conciudadanos se ha adquirido el prestigio actual.
La Peña El Brabán ha continuado desde entonces reproduciendo y conmemorando esta cena, sólamente variando la ubicación, desde que el Ayuntamiento programa gran parte de los actos en la Plaza del Pilar, motivo que nos llevó a utilizar la Plaza de España.
Este año recuperamos, de forma festiva, alegre y conmemorativa, lo que entonces fue una justa reivindicación.
Las nuevas generaciones
Pues sí, ya he vuelto de Zaragoza. El Pilar, muy bien, aunque el último día andaba un poco chungo.
Me estaba acordando ahora de uno de los días en que salí a tocar con la Banda. Nuestro trompeta, Ramón, se trajo a su hija Laura, cosa bastante habitual. Laura tiene diez años y es una de las personas más inteligentes que he conocido nunca. La conozco desde que nació, pero no deja de sorprenderme. Aunque, claro, sigue teniendo diez años.
Esta vez venía con su vecina Miriam, un año mayor que ella. Laura tiene una estatura normal para su edad, pero Miriam aparenta tranquilamente cinco o seis años más de los que tiene. El caso es que, en un momento dado, van las dos al pobre Ramón:
- ¡Papá, papá! ¿A qué hora vamos a llegar a la plaza del Pilar?
- Yo qué sé, cuando lleguen todos [ese día íbamos en una especie de desfile desde la otra punta de la ciudad] ¿Para qué lo quieres saber?
- Es que a las ocho, en la plaza de la Seo [junto a la del Pilar, para quien no conozca Zaragoza] bailan nuestros novios y queremos verles.
Risitas contenidas entre los demás miembros de la Banda. Pero Ramón ni se inmuta:
- ¿Qué pasa, que son joteros?
- No, son raperos y bailan hip-hop.
Descojone absoluto y varios instrumentos que casi se caen al suelo. Jo, cómo vienen.
07 octubre 2003
El Pilar
Estos días estoy en Zaragoza porque son los Pilares. Como todos los años, mi banda cambia de nombre (el que paga, manda) para convertirse en la Ambar Beer Band y salimos a tocar en un carro de caballos de Cervezas La Zaragozana. Mola bastante, aunque siempre acabo con el brazo dolorido porque tengo que aporrear el banjo en una postura bastante incómoda. Además, si hace viento (y en Zaragoza siempre hace viento), se pasa bastante frío.
Desgraciadamente, he tenido que venir un par de días a Madrid a trabajar, porque vamos un tanto agobiados en el curro, como siempre, pero dentro de unas horas vuelvo a las fiestas. Ya os contaré a la vuelta.