14 octubre 2003

Las nuevas generaciones

Pues sí, ya he vuelto de Zaragoza. El Pilar, muy bien, aunque el último día andaba un poco chungo.

Me estaba acordando ahora de uno de los días en que salí a tocar con la Banda. Nuestro trompeta, Ramón, se trajo a su hija Laura, cosa bastante habitual. Laura tiene diez años y es una de las personas más inteligentes que he conocido nunca. La conozco desde que nació, pero no deja de sorprenderme. Aunque, claro, sigue teniendo diez años.

Esta vez venía con su vecina Miriam, un año mayor que ella. Laura tiene una estatura normal para su edad, pero Miriam aparenta tranquilamente cinco o seis años más de los que tiene. El caso es que, en un momento dado, van las dos al pobre Ramón:

- ¡Papá, papá! ¿A qué hora vamos a llegar a la plaza del Pilar?
- Yo qué sé, cuando lleguen todos [ese día íbamos en una especie de desfile desde la otra punta de la ciudad] ¿Para qué lo quieres saber?
- Es que a las ocho, en la plaza de la Seo [junto a la del Pilar, para quien no conozca Zaragoza] bailan nuestros novios y queremos verles.

Risitas contenidas entre los demás miembros de la Banda. Pero Ramón ni se inmuta:

- ¿Qué pasa, que son joteros?
- No, son raperos y bailan hip-hop.

Descojone absoluto y varios instrumentos que casi se caen al suelo. Jo, cómo vienen.


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