Estaba yo ahora leyendo la última entrada del blog de Rapunzell, sobre cosas que te hacen feliz (entrada motivada, a su vez, por otra de Ibn Sina) y me he acordado de que hoy he tenido uno de esos momentos.
Al volver del trabajo he pasado por los ultramarinos que hay debajo de mi casa, como muchos días, para comprar un par de cosa que necesitaba. Delante de mí ha entrado una señora muy mayor que caminaba lentamente, con cierta dificultad. Ella se ha ido para un lado y yo para el otro. Ya no la he vuelto a ver, pero sí a oír.
El dueño de la tienda la ha saludado en seguida.
- Hombre, ¿qué tal, Pepita?
- Pues muy bien, oye, muy bien. A ver, dame unas naranjas como las de ayer, que estaban muy ricas.
- Claro, ¿cuántas quieres?
- Un kilo. Y unas mandarinas, pero de las buenas, ¿eh?
Me encanta ver personas tan mayores que todavía se tratan bien a sí mismas, y que siguen sintiendo que su vida vale la pena.
04 diciembre 2008
Momentos felices
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4 comentarios:
Mira, leer esto me ha hecho feliz.
Eres como Julie Andrews, sembrando la alegría :)
Buen intento. Has estado a puntito de hacerme escribir algo que habría dejado nuestro coeficiente rockero a la altura de la Kelly Family, justo el día anterior al concierto. Pero no lo has conseguido :)
A este paso nos veo cantando el cumbayá ;)
El abuelo de un conocido mío, que tendrá 93 ó 94 años (el abuelo, no el conocido), está muy enfadado con su hija porque no le deja comprarse una tele de plasma.
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