22 mayo 2008

El contexto

Anoche me decía Nilrem: "Hay dos cosas comunes a todos los mensistas: la curiosidad y el despiste". Creo que tiene bastante razón. Pero no son dos cosas completamente desligadas. La curiosidad hace que te intereses por muchas cosas y acumules más conocimiento. Pero el cerebro humano tiene una capacidad limitada para gestionar la información. Nuestro cerebro es muy bueno relacionando información. Pero, al tener más conocimientos, cuesta más encontrar las relaciones correctas, de ahí los fallos de memoria. Al tener muchas cosas en la cabeza a la vez, cuesta más prestar atención a todas, de ahí los despistes. Al tener mayor capacidad de concentración, se pierde el contacto con lo demás, de ahí el quedarnos absortos.

Para sus búsquedas relacionales, lo que hace el cerebro es poner la información en contexto. Se han hecho muchos estudios que demuestran que un elemento familiar sacado de contexto es difícil de identificar. Nos pasa con las personas. A todos nos ha pasado alguna vez que una persona nos saluda y somos incapaces de saber quién es. Empiezas a darle vueltas, a intentar obtener alguna información que te permita recordar quién es. El problema está en la falta de contexto. Estamos acostumbrados a ver a esa persona en otra situación, así que nos faltan elementos para identificarla. Tal vez diga algo que nos dé la pequeña pista que necesitamos para encajar las piezas pero, mientras tanto, nos hace pasar un mal rato.

Ayer mismo me pasó. Estaba en la puerta del edificio en que trabajo, charlando con un par de compañeros, cuando llegó otra persona y me saludó. Inmediatamente me di cuenta de que me era familiar (también puede pasar que la otra persona se equivoque y te tome por quien no eres), pero no era capaz de recordar quién era. Me daba que le había visto unas cuantas veces, incluso que me llevaba bastante bien con él, pero nada. Y claro, no me atrevía a decirle que no me acordaba de quién era, porque él sí me había reconocido a la primera. Así que, hala, a darle vueltas a la cabeza, a intentar sacar algo de información de sus palabras.

Tal vez sea el novio de alguna amiga y, claro, al no verle con ella, no lo sitúo. Ahora que lo pienso, tal vez se me ocurrió esto porque tenía un cierto parecido físico con el novio de mi prima. Pero no. Uf, al final tuve que decirle que tenía que volver al trabajo, él también tenía cosas que hacer, y nos separamos.

Claro que mi cabeza siguió trabajando en el asunto y al final dio con la solución. En efecto, había sido un problema de falta de contexto. Es un chico de Mensa con quien, ciertamente, me llevo muy bien, pero creo que nunca nos habíamos visto fuera del local donde solemos hacer nuestras reuniones. Allí le habría reconocido inmediatamente. Y vaya, me habría gustado hablar con él de algunas cosas... si hubiera sabido quién era, claro.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya lo dijo el gran Pazos: "El conceto es el conceto... esa esa es la cuestion."

Por cierto... que te lo dije por la mañana. XD

Almuric dijo...

>Por cierto... que te lo dije por la mañana.

Jaja, anoche dice.

Gorpik dijo...

A ver, que el chico se quedó a dormir, así que no estoy seguro de si me lo dijo por la noche o a la mañana siguiente. Como no recuerdo por qué me lo dijo, pues eso, me falla el contexto :)

Anónimo dijo...

Tanta historia para hablar del alemán ese que le esconde las cosas. La edad no perdona (No pensaba hacer el chiste fácil, pero como me están fallando los habituales de ese cometido...)