Pues sí, parece que los culpables de los popups que han asolado este sitio durante las últimas semanas eran los de Webstats4u (antes Nedstat) que, en un intento de ganar pasta que no entiendo, se habían alquilado a una empresa bastante insidiosa llamada itrack (ilead.itrack) que pone unos popups muy asquerosos.
Sí entiendo que quisieran ganar pasta, pero no a costa de ahuyentar a sus clientes. Se supone que las empresas que ofrecen estadísticas en internet tienen dos servicios: uno gratuito, más simple, y otro de pago, más completo. La idea es atraer con el servicio gratuito para conseguir clientes de pago. Si el servicio gratuito es bueno, pero necesitas más prestaciones, pues pagas y tienes una cierta garantía de que lo que vas a obtener es bueno.
Pero si cabreas a tus clientes gratuitos poniéndoles unos popups muy molestos, diseñados para saltarse los sistemas anti-popup más populares, se largarán echando pestes, conque no conseguirás clientes de pago. Además, tus ingresos por publicidad disminuirán, pues tu base de clientes va desapareciendo, conque acabarás arruinándote. Gran plan, sí señor.
Ahora me he pasado a GoStats, otro servicio gratuito que tiene buena pinta. Espero que éstos no me den problemas. Si tenéis alguno, avisadme.
28 junio 2006
Adiós a los popups
25 junio 2006
Nada nuevo
Le prometí a Marco que escribiría algo nuevo para el blog, pero va a ser que no.
Muchas veces, la falta de actividad en un blog es buena señal sobre su escritor; cuando las cosas van bien, apetece menos escribir sobre ellas.
Sin embargo, no es el caso. No es que las cosas me vayan mal. Pero hay cosas que me cabrean y son las cosas sobre las que escribiría. Pero, mira, en estos momentos no me apetece hacerlo aquí. Conque la cosa va a quedar en nada.
Uno ya es lo suficientemente viejo como para saber que estas épocas pasan. Así que esperaré a que así ocurra, y listo.
11 junio 2006
Cadena literaria
Me engancha Fantine a la cadena literaria. Cadena que llega sin instrucciones; de lo que he visto por ahí, deduzco que la cosa consiste en poner tres libros que hayan sido importantes en tu vida y luego pasar la bola a otras dos personas. Vayamos a ello.
Empezaré por "Momo" (Michael Ende). Claro, soy un enamorado de "La historia interminable", libro que me he leído un par de veces de un tirón (unas 20 horas). Pero creo que la pequeña Momo ha influido más en mi vida.
Me llamó mucho la atención que el "superpoder" de Momo no consistiera sino en escuchar a los demás. La mayoría de las personas tienen más interés en hablar que en escuchar. Es fácil ver una conversación en la que alguien está esperando a que quien está hablando se calle de una vez para poder decir lo que quiere. Momo me enseñó a no ser uno de ellos. Con éxito o no, eso lo dejo a quienes me rodeen en cada momento.
Leí "Momo" cuando tenía unos 15 años. Tal vez a alguien le parezca una lectura demasiado infantil. No comparto su criterio. Y, vaya, no he vuelto a leer ese libro. Cuando vaya por Zaragoza tendré que cogerlo otra vez, a ver cómo lo veo un cuarto de siglo más tarde.
Seguiré por orden cronológico de lectura, que no de escritura, para pasar a "Don Quijote de la Mancha" (Miguel de Cervantes). Pequeña curiosidad: aunque suele citarse como título completo "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha", éste es el de la primera parte. La segunda se titula "Segunda parte del ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha". Puesto que hoy día resulta absurdo no considerar las dos partes como un todo, dejaré el título acortado.
El Quijote me enseñó a apreciar la literatura clásica. Siendo un libro que relata los viajes del Quijote por España, yo lo leí durante un viaje por Europa. Me fascinó lo fácil que me resultaba conectar con un libro escrito hacía casi 400 años, pese a las claras diferencias culturales entre esa época y la nuestra. Desde entonces lo he leído varias veces y cada vez lo disfruto más.
Leí el Quijote por primera vez cuando tenía 21 años. La última fue cuando tenía 39. Entre medias ha habido otras, como digo.
Y acaberé por un libro contemporáneo, "Twelve Bar Blues" (Patrick Neate). La historia de Lick Holden, un talento malogrado del jazz, que se extiende a lo largo de dos siglos y tres continentes. No es un libro muy conocido; que yo sepa, ni siquiera se ha traducido al castellano. Pero me dejó asombrado ya desde el cuento que hace las veces de prólogo. Este libro sólo lo he leído una vez, pero no creo que tarde en llegar la segunda.
Ciertamente, para un aficionado a la música como yo, el libro puede ser más interesante que para quien no lo sea. No digamos si además te gusta el jazz de Nueva Orleans. Pero aparte de la música, la historia en sí es formidable. La lucha entre la intolerancia y el talento. La verdad es que me están entrando ganas de ir a la librería y cogerlo otra vez.
Leí "Twelve Bar Blues" cuando tenía 37 años.
Una última curiosidad sobre estos libros: ninguna de las portadas que he colgado aquí corresponde a las ediciones que yo tengo.
Ahora paso la cadena a una gran aficionada a la lectura, como es Siringa, y un iletrado virtual como es Hongos Young. Que yo sepa, aún no han pasado por aquí. A ver por dónde nos salen.
05 junio 2006
Puntualidad británica
Como algunos ya sabréis, ayer domingo tocaron The Cult en La Riviera. Estuvimos, entre otros (lo siento, no tengo la lista completa de asistentes), Hongos Young, el Vecino, la Grupi y un servidor de ustedes.
Actualmente The Cult son solamente sus dos líderes de toda la vida, Ian Astbury (cantante) y Billy Duffy (guitarra). De vez en cuando dejan sus proyectos paralelos (para quien no lo sepa, Astbury es desde hace años el cantante de los Doors para sus giras por los casinos de Las Vegas), contratan un bajo y un batería, y se van de gira. Al fin y al cabo, yo creo que todos los que estábamos ayer íbamos a verles a ellos dos. Todos menos, como en los tebeos de Astérix (Asteríx para Hongos), uno: el Vecino, que iba a ver al batería de White Zombie, que es el que llevan en esta gira. Es que es fan. Pero llevaba camiseta de The Cult, eso sí. Habría sido un punto que se trajera la de White Zombie.
El grupo salió con puntualidad británica, a las 21,30h. Digo "británica" porque salió a las 21,30h... hora británica. En España, una hora clavada de retraso. Hongos y yo ya pensábamos que se habían enterado de lo que habían hecho Axl y su cuadrilla unos días antes y querían batir el récord. El público entretenía la espera con cantos de "fuera, fuera" y menciones a la posible profesión de las madres. No hubo lanzamiento de sillas esta vez; es lo que tienen los locales sin sillas, claro.
De todos modos, poco vas a hacer escarmentar estas demoras si, nada más poner el pie en el escenario, empiezan los aplausos, las aclamaciones, los "Ian, te queremos" y los "Billy, déjame tirado otra hora más, que lo merezco". Claro que los cabrones nos lo pusieron difícil, porque entraron machacando con "Lil' Devil", que es mi canción favorita de las suyas.
Vale, después del retraso se pegaron un concierto tremendo. El sonido de La Riviera suele ser malo, pero esta vez sonaba bastante bien salvo la voz, que muchas veces se quedaba ahogada. Y el colega del Vecino es una bestia. No he visto a nadie dar esos hostiones a una batería desde Chris Slade con Asia. Los otros dos contratados también dieron la talla, sobre todo el bajo, porque el segundo guitarra estaba de relleno, para que quedaran menos huecos durante los solos y punto.
Los tíos parecían en buena forma. El Astbury con buena voz (aunque no siempre se le oyera bien, pero no era culpa suya), muy enrollado con el público. Intentaba hablar en castellano pero, entre que no lo maneja mucho mejor que yo el tailandés y los problemas de sonido, no se le entendía un pijo. De todos modos, se agradece la intención. Y el Duffy, demostrando que se puede ser un gran guitarra de rock con la misma técnica que un macaco adulto. A ver, no es que toque mal ni mucho menos, pero no hace alardes, es mucho más dado al riff que a las escalas interminables, no es pajero en los solos... Capi, tú ya me entiendes, ¿verdad? Bueno, la Grupi os podrá contar más de él, porque lo tuvo a un metro durante todo el concierto.
Como detallitos, el Astbury le dedicó una canción con insistencia a un chaval del público ("for you, you, you, yes, you, this is for you"). Imagino que ahora el chico se pegará el resto de su vida contando a sus colegas que The Cult le dedicaron "Wild Flower" en un concierto. Y durante el último bis, que resultó ser "She Sells Sanctuary", mientras todos los demás estábamos berreando, el tipo que había delante de mí estaba hablando por el móvil. Yo no llego a los extremos del Vecino (antes sí que llegaba), pero joder, puta plaga con los telefonitos.
Ah, en los bises tuvieron la brillante idea de lanzar balones de fútbol al público; balones que, por supuesto, acababan volviendo al escenario. Hubo uno que llevaba trayectoria directa hacia la batería. El Ian se quedó mirando, como si la tragedia pasara a cámara lenta ante sus ojos, pero no pasó nada. Aunque, igual que acabó dando en el lateral del bombo, podía haber dado en un pie de plato y tirarlo todo.
Eso sí, noté que ya estoy mayor para estar en las primeras filas de los conciertos. Cuando empezaban los botes, empujones y avalanchas, pues ya no estaba. Hoy tengo media contractura en un hombro. Sí, chicos, estoy viejito.