La semana pasada estuve en un concierto de Anathema. El concierto estuvo bien, pero tuvieron unos problemas de sonido tremendos. Al parecer, no se oían entre ellos, porque desde el público la cosa no estaba tan mal. El cantante llevaba un rebote que para qué. Hubo un momento en que pensábamos que se iba a liar a hostias con sus técnicos. Cierto es que en una de las canciones él tocaba una guitarra acústica que no se oía en absoluto. Pero en otra se quejaba de que no oía el piano eléctrico que estaba tocando el otro guitarrista, cuando nosotros lo escuchábamos perfectamente.
El problema principal, claro, estaba en sus monitores. Creedme si os digo que es asqueroso tocar cuando no oyes al resto de tu grupo. El día del infausto concierto del XX Aniversario, tuvimos que empezar una canción seis veces porque la pobre Rapunzell no nos oía al Capi y a mí, así que no sabía cuándo tenía que empezar a cantar.
El cantante de Anathema, pese al rebote que llevaba, estuvo bastante simpático con el público. Pero el que más nos llamó la atención fue el teclista. Se pegó todo el concierto impertérrito, detrás de sus teclados, fumándose un canuto tras otro. Al final, de repente, agarró uno de sus teclados y lo rompió contra el suelo de un hostión. Lo hizo cachitos y los tiró al público. Parece que también llevaba un cabreo considerable.
Ayer estuve en otro concierto, esta vez de WASP. Grupo jeviorro yanqui de finales de los 80, con toda la parafernalia que se podía esperar. El concierto empezó y... no se oía una mierda. Con dos martillos neumáticos y una sierra eléctrica habrían sacado un sonido similar. Sin embargo, sospecho que ellos sí se oían bien, porque no parecían pasar problemas. El concierto sólo podía resultar aceptable para los que se sabían todas sus canciones de memoria, y parecía haber muchos en el garito. Ésos se dedicaban a cantar las canciones por encima de lo que adivinaban, y nosotros las seguíamos así. Claro que los cantos del público hacían que aún oyéramos peor al grupo, si era posible. Una pena.
Mucha gente cree que el play-back se inventó porque los músicos no se atrevían a tocar en directo en la tele y sitios similares, por si no les salía bien. En realidad, lo que ocurre es que el play-back elimina los problemas de sonido. Pones el disco, y a otra cosa. Pero se me hace difícil entender que profesionales del sonido, que saben perfectamente cómo tienen que sonar los grupos con los que giran, lo hagan tan mal. Gente con unos sistemas de sonido de puta madre, que suenan asquerosamente. Y luego, unos chavales que tocan al aire, nada más que con sus amplis, a veces suenan razonablemente, y entiendes lo que tocan. Misterios.
12 junio 2004
El sonido
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