01 junio 2004

Campañas de desprestigio

Hará cosa de quince años, apareció una noticia perdida por las páginas interiores de uno de los principales periódicos españoles. Según un estudio hecho en EEUU, el Frenadol podría producir cáncer. Inmediatamente, el laboratorio que fabrica el popular medicamento organizó una campaña para desmentir tal noticia. Consiguieron que un portavoz de la farmacéutica apareciera en el Telediario negando la validez de dicho estudio.

El resultado: casi nadie se había enterado de la noticia original, pero millones de personas lo hicieron gracias a la aparición en el Telediario. Las ventas de Frenadol cayeron en picado y tardaron años en recuperarse.

Unos años antes apareció en una revista de consumidores un estudio sobre la calidad de la comida que se sirve en los burgers. Como podéis imaginar, las conclusiones del estudio no eran muy positivas. A consecuencia de él, en un telediario invitaron a las principales cadenas a enviar un representante para ser entrevistado; la única que aceptó la invitación fue Wendy's, que mandó a un tipo de lo más entusiasta. El individuo se pegó toda la entrevista diciendo que si en Wendy's somos la leche, que si la comida de Wendy's es maravillosa, que si en Wendy's sólo servimos lo mejor.

Resultado: los espectadores se llevaron la impresión de que el estudio negativo se centraba en Wendy's, no en las otras cadenas de hamburgueserías. Poco después, Wendy's cerró sus establecimientos en España.

Quienes leáis el blog de Dilettante sabréis que al bueno de Dile le encanta dar cera en él, aunque no suele poner los nombres reales de las personas a que se refiere, a menos que sean públicas. Si no sabes de qué va el asunto, no sabes de quién habla. Sin embargo, varios miembros de nuestra asociación de inadaptados, sintiéndose aludidos por lo allí publicado, no han tenido mejor idea que hacerlo público en las listas de correo de la asociación. Con lo que los escritos de Dile alcanzan una gran difusión y, además, aquellos que no sabían a quién se referían, se enteran.

A pesar de vivir a unos cientos de kilómetros de distancia, creo que puedo oir desde aquí las carcajadas del chaval cada vez que pasa una de estas cosas.

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