Ayer tuve una experiencia nueva en mi vida. Sí, había oído que a mucha gente le gustaba, pero esas cosas nunca se saben hasta que las pruebas. Lo malo es que ahora casi no puedo sentarme.
Si valió la pena se puede deducir del hecho de que, pese a que tenía el culo destrozado después de la primera vez, luego repetí.
Como ya habréis adivinado, ayer estuve montando a caballo, invitado por nuestra empresa junto al resto de mis compañeros de trabajo. Nos lo pasamos bomba. Lo cierto es que necesitábamos pasar un día así porque, como os contaba recientemente, el ambiente entre nosotros se estaba enrareciendo. La mayoría de nosotros nunca había montado, así que la cosa consistió en una clase de iniciación de media hora. Íbamos por grupos de ocho, con lo que los demás nos dedicábamos a criticar a los que montaban. Luego, el criticador se convertía en criticado, claro. De modo que echamos muchas risas.
Al final, muchos estábamos pensando en organizar otra visita al picadero. Tengo que enterarme de los precios, porque esto no puede ser barato, pero estoy casi seguro de que volveré.
08 mayo 2004
Nuevas experiencias
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