Esta mañana tenía una cierta prevención al ir a trabajar. Muchos de mis compañeros son peperos convencidos y hay varios fachas redomados. Los que viváis en Madrid sabéis que el facherío todavía abunda bastante por aquí.
Y temía que algunos de ellos no hubieran digerido bien la derrota electoral. Mis temores se han visto confirmados rápidamente.
Para mi desgracia, no han podido dejar de expresar su disconformidad a voces, con lo que no he tenido más remedio que oírles. Todo el santo día. Sin parar. Naturalmente, los que estos días decían que el PP tenía que volver a sacar mayoría absoluta porque llevaban ocho años de gobierno intachable no podían comprender que hubieran perdido. Y pedían cosas de lo más grotescas. Ejemplo: gobierno de coalición PP-PSOE. Es decir: vota a quien quieras, que al final gobernarán los mismos, viva la democracia. Claro que quien lo pedía nunca ha sido un gran defensor de la democracia.
Otra: que gobiernen los mejores en cada puesto. Si Rato es el mejor economista de España, pues él tiene que ser el ministro de Economía. Y si hay alguno del PSOE que sea el mejor en lo suyo, pues también. Ay, cuántas veces habré oído esta gilipollez y cuántas más me quedarán, Vishnú bendito.
Y, por supuesto, la ubicua: el PSOE ganó porque los votantes se han acojonado con el atentado, así que los verdaderos ganadores han sido los terroristas. Hoy, un periódico tan poco sospechoso de animosidad contra el PP como es "El Mundo" ha sacado un artículo titulado "10 claves para la derrota del PP". Una de ellas, claro, el 11 de marzo. Pero también destacan que lo que ha podido precipitar esa derrota no han sido los atentados en sí, sino la pésima gestión del Gobierno a raíz de ellos. Eso sí me lo creo. Recuerdo cómo, hace pocos años, Gerhard Schröder estaba a punto de perder las elecciones federales en Alemania. Poco antes de las elecciones tuvieron lugar las tremendas inundaciones centroeuropeas, y la acertada gestión de la crisis provocó su reelección. El PP ha manejado las crisis de forma desastrosa y lo ha pagado.
De todos modos, como contrapunto a estos elementos furibundos incapaces de aceptar la realidad, ha sido para mí una agradable sorpresa la reacción del Gobierno y la cúpula del PP ante la derrota. Han sabido perder, cosa que no es fácil cuando no se espera. Y, hasta ahora, parece que el PSOE también esta sabiendo ganar. A ver cuánto duran una cosa y otra.
16 marzo 2004
Negación de la evidencia
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