09 diciembre 2003

Los Pelafustanes triunfan

Me temo que esta entrada va a ser de las largas, pero a mí se me va a hacer corta por la cantidad de cosas que tengo para contar.

Estoy en pleno aterrizaje después de la RAM. Llegué a casita anoche, justo a tiempo para ver CSI, y no me ha gustado nada tener que venir a trabajar. Pero bueno, va a ser breve, porque me quedaban días de vacaciones y me los he cogido esta semana; mañana me largo con Raquel a París hasta el domingo.

La RAM, como es habitual, una pasada. He visto a mucha gente a la que no veo durante el año, he conocido en persona a gente a la que sólo conocía por correo o referencias, y también a otros que no sabía ni que existían. He dormido poco, aunque más que otros años (me hago viejo). Y este año, como novedad, venía Raquel conmigo. Hasta ahora, siempre había ido solo a las RAM.

El primer día, nada más llegar, tenía una pequeña encerrona. Era la noche de Mensatiric y Antonn, el coordinador de Mensa en Murcia y cabeza visible de la organización del evento, me había pedido que montara un monólogo sobre los GIEs. Me lo pidió hace unos meses, acepté y empecé a preparar algunas ideas. Pero, la verdad, casi se me había olvidado. Por el camino me di cuenta de que no lo tenía acabado, ni mucho menos, así que iba pensando en algunas ideas más y cómo hilvanarlas. En fin, tendría que confiar en la improvisación.

Así que llegó el momento y cada vez me iba deprimiendo más porque veía que a quienes iban saliendo antes de mí no se les oía. Estaban teniendo problemas con los micrófonos y no se entendía nada. Con lo que, además, ocurría lo habitual en estos casos: el público se dedicaba a charlar, de manera que cada vez se entendía menos. Desastre inminente, amigos.

Conque pensé: lo que necesito es que se me oiga. Si consigo eso, el resto vendrá rodado. Así que, cuando me hicieron salir, me puse el micro bien ajustadito a la altura de la boca y me dediqué a entonar y vocalizar lo mejor que pude. Por suerte, eso se me ha dado bien desde pequeñito, así que funcionó. Luego, como el tema era bastante agradecido (es facilísimo hacer bromas sobre los GIEs y las listas de correo, sobre todo ante un público que conoce el tema), sólo necesitaba seguir el método de una famosa película (que no nombraré por no estropeársela a quien no la haya visto, el resto la reconoceréis): iba mirando a mi alrededor y soltando lo que se me ocurría. En mi caso, miraba a los del público y, de vez en cuando, veía a algún administrador de algún GIE, o a alguien que había estado envuelto en algún asunto aprovechable... lo que fuera. La cosa funcionó, la gente se reía y luego hubo unos cuantos que me dijeron que les había gustado mucho. Pues mira, si he salido de ésta, ya me atrevo con lo que sea.

Al día siguiente, en cambio, tenía algo mucho mejor preparado: el concierto de los Pelafustanes. Este año íbamos con mucha moral y bastante bien preparados, conque tenía que salir bien. Y vaya si salió bien. Con diferencia, el mejor año de todos. Lo siento por quienes no estuvisteis, os lo habéis perdido.

Algunos momentos destacados:

- Un par de horas antes de empezar, la pobre Scary se bloqueó y empezó a decir que no podía cantar el "Walking On Sunshine" porque no le salían los gritos del estribillo. A todos nos parecía que sí, pero no había forma de convencerla. Al final, la convencimos de que Rossie y Rapun la ayudarían haciéndole coros en ese trozo y se tranquilizó. En el concierto, la dejaron solita y le salió perfecta (el efecto placebo).

- Como Luzbel había estado muy liado en el trabajo durante los últimos tiempos, no se había podido preparar el "Du hast", que le cayó encima con la baja de Dani. Así que el Capi preparó un MIDI con toda la parte del teclado, sobre la que debían tocar los demás. Y la tenía que cantar yo, ante la baja de Rafa. Para redondearlo, se nos ocurrió gastarle una bromita a Lu: íbamos a hacer que Rapun se pusiera con los teclados, haciendo como si tocaba mientras sonaba el MIDI. Era una buena broma, porque le hizo gracia incluso a la presunta víctima (Luzbel). Y así lo hicimos. Claro que, a mitad de canción, justo cuando se quedan solos los teclados, se descacharró el MIDI. Pues nada, hice como si fuera así de verdad, seguí cantando, los demás se engancharon cuando debían y la cosa salió bastante bien. Fue nuestro momento 'Spinal Tap' del concierto.

- Anuncié "It's a Heartache", una de las canciones de Rossie, como "ahora los Pelafustanes se ponen moñas". Durante el resto del concierto, se estuvo vengando y, cada vez que íbamos a meter alguna canción lenta, Rossie decía "ahora llega uno de esos momentos moñas que tanto le gustan a Gorpik". En realidad, ella tiene una voz perfecta para las baladas, pero esa en concreto le queda maravillosa.

- Íbamos a grabar el concierto con dos cámaras, para el vídeo, y un montón de micros pasados por una mesa, para el audio. Al final, una cámara (de mi padre) y gracias. La pobre Raquel tuvo que llevar la cámara durante casi todo el concierto, salvo un par de canciones en que la relevamos Dilettant y yo. Y claro, a la pobre al final le temblaba la mano por el cansancio. La cámara tiene un dispositivo anti-vibración para estabilizar la imagen en esos casos, pero no me acordaba de como funcionaba. Así que me temo que el vídeo saldrá un poco saltarín.

- Casi al final del concierto rompí una cuerda (por suerte, en una canción en la que me podía arreglar sin ella), así que lo terminé tocando con la guitarra de reserva del Capi. En sonido limpio, perfecto. Pero la última canción era "Smoke on the Water" y esa necesita un poco de saturación. El problema era que no habíamos probado esa guitarra con mi amplificador, y parece que no se llevaban bien. Cuanto más intentaba subir el sonido, menos se oía. Durante el solo, supongo que el público estaba viendo a un tipo haciendo el ganso con la guitarra, pero sin ningún sonido. Yo, al menos, no oía absolutamente nada de mi guitarra. Una vez más, capeamos el temporal como pudimos (sobre todo Luzbel, que necesitaba algunas referencias de mi guitarra para algunas entradas y no las tenía).

- No recuerdo a quién se le ocurrió la idea de que, durante el famoso solo vocal de "The peto el kakas", el Capi se tirara al centro del escenario con su guitarra desenchufada, haciendo el bestia con ella, mientras Dile hacía el solo. No sé el público, pero nosotros nos descojonábamos vivos viéndolo, tanto en los ensayos como en el concierto.

Seguro que me dejo un montón de cosas del concierto, pero ya me estoy alargando demasiado.

En la tercera y última noche también tuvimos pelafustana en el escenario. En esta caso, fue Rapun la que repitió, contando un cuento estilo H.P. Lovecraft que había escrito el propio Antonn. Le quedó tremendo. Y luego habíamos montado una chorradita los demás pelafustanes pero, afortunadamente, no la hicimos. La verdad, creo que estábamos abusando. Además, no estaba bien preparada y podía salir un churro. Sin embargo, la idea era buena y seguramente la aprovecharemos en otra ocasión.

Ocasión que puede presentarse pronto, porque es probable que volvamos a tocar el día 7 de febrero, en la cena del vigésimo aniversario de Mensa España. Pero no adelantemos acontecimientos.

En otro orden de cosas, nos ha llamado la atención la pachorra con que conducía mucha gente por la zona en donde estábamos. Era bastante fácil encontrarse algún coche circulando a 50 o 60 por hora en tramos normales de carretera. Carreteras que, por cierto, estaban señalizadas de una forma bastante creativa. La primera señal curiosa la encontramos el mismo viernes por la noche, cuando llegábamos a Mazarrón. Era una señal corriente, de "Fin de prohibición". Claro que no había nada prohibido en ese momento. Al día siguiente vimos su pareja: una señal de "Prohibido adelantar" puesta en un tramo con línea continua. Quiero decir que llevábamos al menos doscientos metros de línea continua cuando llegamos a la señal. Seguramente la señal más popular era un cartel en una rotonda: las dos salidas llevaban la inscripción "Puerto de Mazarrón". Hala, elige la que te guste. Pero mi favorita era una señal de inicio de autovía que había en una incorporación a una carretera, también saliendo de Mazarrón. Es la primera vez que veo una autovía con un sólo carril en cada sentido.

Generalmente, la organización de la RAM corre por cuenta de la Junta Directiva de Mensa, con ayuda del grupo local correspondiente al lugar donde se celebra. Sin embargo, este año han sido los del grupo de Murcia quienes se han encargado de casi todo. Y les ha salido de fábula. Como suele decirse, han ido más allá del cumplimiento del deber, siempre estaban dispuestos para resolver cualquier pequeño problema que surgía (creo que no ha habido ninguno grande) y, gracias a ellos, nos lo hemos pasado en grande. El listón ha quedado muy alto para el año que viene.

No hay comentarios: