Como escribí ayer, hoy he quedado con Jambri, Fanti y Malignus para ver "Buenos días" (en japonés, "Ohayô"), una peli japonesa de 1959 que acaban de reestrenar en el cine Verdi de Madrid.
Hacía mucho tiempo que no la veía, y ha resultado tan adorable como la recordaba. Es una de esas películas que ves de principio a fin con la sonrisa en la boca. Sobre todo, el personaje de un niño que hace un actor de seis años llamado Masahiko Shimazu y que, por lo que he encontrado en IMDB, dejó de hacer cine a los diez. Pocos actores de esa edad pueden presumir de haber interpretado un personaje tan inolvidable.
Los que vivís en Madrid, ¿a qué esperáis para ir a verla? Que la quitarán cualquier día, aunque hoy había una buena entrada en el cine (claro que era día del espectador). Y los que viváis fuera, mirad a ver si en vuestra ciudad también la han reestrenado, o si la encontráis en algún video-club. Claro que esto último lo dudo, aunque está editada.
25 noviembre 2003
Ohayô!
23 noviembre 2003
Gano el guarro con "¡Qué guarro!"
Este fin de semana no para de llover en Madrid. Sin embargo, me da igual porque mi plan consistía en darme un atracón de DVDs y, de momento, se está cumpliendo.
El viernes hice una razzia por la Fnac y me llevé la versión extendida de "Las dos torres", "Los siete samurais" y "Las aventuras de Ford Fairlane". Los que conozcáis esta última peli ya os lo habréis imaginado al leer el título de esta entrada.
Debería haber venido Nu a ver "Las dos torres" conmigo, pero esa es de secano y, si llueve, no sale de su casa, así que se la ha perdido. De momento, claro. Yo, en cambio, la vi ayer por primera vez; calculo que no bajará de una docena el número de veces que voy a verla antes de que estrenen "El retorno del rey". Yo soy así. Y ya me he tragado la mitad de los extras, de paso.
Con estos extras me he quitado un pequeño peso de encima. Leyendo el libro, siempre había pensado que las dos torres a que hacía referencia el título eran Minas Tirith y Minas Morgul. Sin embargo, en la película queda claro que son Orthanc y Barad-Dûr. Pues sí que leo bien los libros. Bueno, en un extra explican que, realmente, no se sabe a qué dos torres se refiere el título y hay varias interpretaciones, entre otras la mía. Pero, para lo que sale en la película, la que mejor les venía era ésta y prefieren dejarlo claro para que los espectadores no se queden con dudas sobre el título. Me ha recordado "El nombre de la rosa"; quien sólo haya visto la peli, sin leer el libro, no puede tener ni idea de la razón del título. Y eso está feo.
Esta tarde han venido Tomber y Jose, dos colegas de mi grupo de inadaptados, a ver "Las aventuras de Ford Fairlane". El detective rocanrrolero, señores. Una de las pelis más macarras de la historia, protagonizada por una especie de chulo de discotecas metido a detective. Hemos echado unas risas bastante poderosas.
"Los siete samurais", en versión íntegra, dura sólo 205 minutos; no llega a las tres horas y media. Así que va a ser la próxima, seguramente me la ponga nada más enviar esto al blog. Ya veremos si estoy lo suficientemente masoca como para ponérmela en japonés (subtitulado en castellano, ojo). Creo que sí.
Claro que, siguiendo con el cine japonés, mañana he quedado para ir a ver "Buenos días", una maravillosa película de finales de los cincuenta que hacía mucho no veía, y ahora reponen en un cine de Madrid.
18 noviembre 2003
Cuernos
Los que leáis mi blog habitualmente sabéis que no me gusta usar iniciales para referirme a otras personas. Tampoco lo haré esta vez, pero no usaré nombres.
El sábado pasado estuve cenando con mis amigos en Zaragoza. Cuando llegué, me sorprendió encontrarme a una pareja que no viene nunca. Claro, otra que siempre viene esta vez no lo hacía. La cosa es simple: el chico que esta vez no vino y la chica que esta vez sí salían juntos hace un tiempo. Hasta que él descubrió que ella le ponía los cuernos y cortaron. Vale, hasta aquí, bastante normal. Incluso es razonable que el cabreo le haya durado un tiempo, ¿no?
El problema es que eso partió en dos mi cuadrilla, porque los dos pertenecían a ella desde antes de empezar a ir juntos. Y claro, los demás seguíamos siendo amigos de los dos, pero él no aguntaba estar en el mismo sitio que ella, conque no podíamos quedar con todos. Todos creíamos que las cosas se arreglarían más o menos con el tiempo: ella empezó a salir con otro chico (también de la cuadrilla), él con otra chica. Los dos se casaron, cada uno por su lado, y han tenido hijos. Lo que nunca entenderé es por qué, doce años después, él sigue sin poder verla.
Qué malos son los ataques de cuernos.
13 noviembre 2003
Zaragoza
En los últimos tiempos voy poco por Zaragoza. Seguramente, el motivo es que casi todos mis amigos están casados y criando, así que no es fácil sacarlos de casa. Y yo soy un bicho nocturno.
De todos modos, durante los próximos fines de semana lo compensaré porque voy a estar allí. Y, precisamente, por mis amigos, ya que voy a salir a cena por sábado. Esta semana con mis amigotes de toda la vida (en un restaurante indio, por quinta vez en mi vida y segunda en una semana, qué cosas).
La semana siguiente tenemos una posible embarcada con la Banda. Teóricamente, vamos a comer a un restaurante de Huesca bastante bueno, incluso tiene una estrella de la guía Michelin. A cambio, tenemos que tocar en el sitio, no sé si antes o después de comer. Y sí, nos invitan con familias y todo. La cosa tiene buena pinta, vista así; pero, como me conozco a quien la ha organizado... creo que, si no nos hacen pagar más de lo que marca la carta, ya estaré contento.
Y la siguiente tengo la cena anual con mis ex-compañeros de la universidad. Mucha gente hace amigos en la universidad que le duran para siempre, pero no es mi caso. Yo he perdido la relación con casi todo el mundo; al menos, con los que iban a mi curso. Sólo hay una con la que quedo de vez en cuando, y es muy de vez en cuando. Sin embargo, eso no significa que me lleve mal con ellos y me gusta verles una vez al año. Es de estas cenas en las que ves a fulanito más gordo, a menganito más calvo y a zutanita hecha una matrona, conque tiene el atractivo añadido de poder meterme con ellos. Nunca he sido muy diplomático, creo que se extrañarían si no soltara mis pullas habituales.
Ahora que lo pienso, el fin de semana siguiente ya es la RAM, y al siguiente me voy a París con Raquel (en realidad, nos vamos cuatro o cinco días, aprovechando las vacaciones que nos quedan este año). Y al siguiente ya empiezan las navidades. Ay, cuánto ajetreo, qué vida social tan dura.
09 noviembre 2003
Problemas ajenos
Ultimamente ando un tanto preocupado por problemas serios que tienen personas cercanas a mí. Y digo "un tanto" porque suelo seguir la máxima confucianista según la cual, si mis problemas no tienen solución, ¿de qué me sirve preocuparme?
En este caso, afortunadamente, sí pueden tener solución, pero no hay mucho que yo pueda hacer. Por un lado, a una amiga mía le han diagnosticado una grave enfermedad. Por otro, mi hermano está pasando una temporada muy mala aunque, afortunadamente, parece que la va superando. En cualquiera de los dos casos, no me queda mucho más que darles mi apoyo y esperar.
Pasando a cosas más alegres, hoy he vuelto a tener ensayo reducido con los Pelafustanes, aprovechando que Scary andaba por aquí, y ha salido de maravilla.
04 noviembre 2003
Esdoy desbriado
El ensayo del fin de semana tuvo una parte mala: la noche del viernes pasé muchísimo frío y he cogido un trancazo bonito. Ya estuve el sábado y el domingo moqueando, y luego he seguido. Así que llevo dos días en casita con un catarro precioso encima.
Espero levantarme mejor mañana e ir a trabajar. Si no, se van a mosquear conmigo.
03 noviembre 2003
Retiro con los Pelafustanes
Este fin de semana ha sido el ya tradicional retiro espiritual de los Pelafustanes. Bueno, más que espiritual, espiritoso, aunque lo cierto es que este año no hemos bebido mucho. Se nota la ausencia de Dani y Juanma.
Nos fuimos concentrando en casa del Capi, el otro guitarrista del grupo, en Boadilla del Monte, y ensayamos en su buhardilla. Tiene montado un estudio allí al que sólo le faltaba la batería, pero cada uno de nosotros llevamos nuestros propios instrumentos por eso de tocar con lo que ya conocemos.
El sábado tuvimos algunas visitas. Vino nuestro teclista pródigo, Dani, que este año nos ha abandonado por una orquesta de bolos. Así, al menos, pudimos cumplir con otra tradición del grupo: ensayar 'Jump' para luego decidir que no se toca en la RAM. Cada año ha sido por un motivo diferente; en este caso, la ausencia de Dani.
También vinieron otros miembros de la secta (Jambrina, Fantine y FaHsS!!!) que se quedaron a comer con nosotros ese día. Pero, aparte de esto, nosotros solos, con las ausencias de Rafa y Scary que, cada uno por una razón, no han podido venir.
Anécdotas varias:
- el viernes por la noche volví a mi casa a buscar algo de combustible líquido (no nos habíamos dado cuenta de que el sábado era festivo y todas las tiendas estarían cerradas) y otras cosas que se me habían olvidado. Para variar, me hice la picha un lío al pasar de la M-40 a la M-30 y acabé en una parte de Madrid que no me sonaba ni remotamente. Todo lleno de chabolas, más oscuro que el esófago de un negro. Finalmente, aparecí por Entrevías, barrio que reconocí gracias a que la madre de Scary vive allí, y pude orientarme.
- el domingo, en pleno ensayo de una de las canciones, el Capi tenía que hacer un solo. El chico lo empezó y al rato se paró en seco. Y tan en seco: como que se caía redondo. Menos mal que le sujetamos y minimizamos los daños. El pobre llevaba una semana sin parar y tuvo una crisis de agotamiento. Así que se acabó el ensayo en ese momento. Afortunadamente, parece que ya está bien.
Claro que lo más importante del fin de semana es el ambiente de grupo que se crea. Nos lo hemos pasado en grande, hemos hecho muchas risas, hemos machacado las canciones y hemos cogido mucha moral. Creo que el concierto de este año va a ser, con diferencia, el mejor que hayamos hecho nunca.