Otra vez he salido en viernes. Esta vez, simplemente he estado en un garito con SuperFresa y el Zulú, dos de mis compañeros de trabajo.
Lo más destacado de la salida debería haber sido el nuevo corte de pelo de SuperFresa (creo que es uno de los mejores motes que he oído en mi vida). La pena es que también me atracaron unos tipos en el portal de mi casa, cosa que no me había ocurrido nunca.
De verdad, jamás me había atracado nadie. Si, me robaron el coche una vez, me lo han abierto unas cuantas y, cuando tenía una tienda, me robaron varias veces; pero siempre sin estar yo delante.
La técnica fue la habitual: navajita al cuello y haz lo que te diga. Lo que consistió en que me mangaron el móvil y me pelaron las tarjetas. Para mi desgracia, llevaba dos tarjetas de bancos distintos y tenía el límite en el doble de lo que yo pensaba. Total: más de 1200 euros. Bonita broma. Vale, eso lo entiendo, pero lo del móvil no es más que una putada. Era un modelo bastante antiguo, así que no les van a dar un duro por él. Y a mí me han dejado sin los números de todos mis amigos. Intentaré recuperarlos, pero en algunos casos va a ser muy difícil, porque la única forma de contactar con ellos que tenía era, precisamente, su móvil.
Es curioso como hoy en día casi nadie lleva una agenda con los teléfonos de sus amigos y familiares. Todos los llevamos en la memoria del móvil. Y luego, lo pierdes o te lo quitan, y adiós muy buenas.
10 agosto 2002
03 agosto 2002
Qué cosas, a mi edad haciendo esto.
El caso es que he estado leyendo los blogs de Beor, Tindriel, Rapunzell y Dilettante y me he dicho: "culo veo, culo quiero".
Esta semana voy un tanto adelantado a lo que es habitual en mí. Estoy en pleno sábado de resaca, cuando lo habitual es tener domingos de resaca. Ayer estuve en una fiesta en casa del administrador de sistemas de mi empresa. Conocido popularmente como "system destroyer". Aparte de eso, es un tipo muy majo. Estuvimos unos cuantos del trabajo y mi cuñada Nu, que también se apuntó.
Nu lleva unos meses viviendo aquí en Madrid. Al principio, mientras buscaba trabajo, vivía conmigo, pero ahora ya se ha independizado. Es decir: en lugar de tener un sólo compañero de piso (yo), tiene dos. Supongo que eso de "independizarse" significa que ahora paga un alquiler cada mes. De todos modos, seguimos viéndonos bastante y salimos juntos muchas veces, cosa que no le hace mucha gracia a su hermana Raquel (mi novia). No porque tenga celos, supongo, sino porque salgo mucho más con Nu que con ella.
El problema es que Raquel vive en París y, claro, nos vemos poco. Además, se queja de que con su hermana siempre estoy de farra por ahí, mientras que a ella no la llevo a ningún sitio cuando viene. Ay, las mujeres, cómo sois.
Bueno, a lo que íbamos, que me disperso. Quién me iba a decir a mí que anoche iba a acabar en una discoteca maquinera bailando como un besugo con una música que, habitualmente, odio profundamente. Uno nunca llega a conocerse a sí mismo. Incluso volví a mi casa con un niki que le cambié a un tipo en la disco por la camiseta que yo llevaba. Si no fuera por estas cosas, la vida sería aburrida. Digo yo.