Siempre ha habido gente que intenta cambiar las normas ortográficas. Algunos de ellos bastante ilustres: es bien sabido que Juan Ramón Jiménez nunca escribía la letra g cuando sonaba como una j (así, tiene una antología poética titulada "Pájinas escojidas"). Mi amigo Dilettante no suele utilizar mayúsculas en su correo, lo cual a mí me resulta molesto (creo que las mayúsculas ayudan a saber dónde empiezan las frases), pero oye, el chaval lo hace con un propósito.
Últimamente estoy viendo una nueva moda al respecto, y me ralla bastante: escribir un punto al final de los títulos. Principalmente, al final de los asuntos en los correos electrónicos, pero también al final de títulos de entradas de blog, capítulos en escritos varios...
Tal vez alguno de los practicantes de esta moda pueda explicarme qué pretenden al contravenir una norma ortográfica que se utiliza desde hace siglos en todos los idiomas que conozco. Sin embargo, advierto de que no lo tendrá fácil para convencerme. Trivialidades como "al final de frase hay que poner punto", abstenerse, por favor.
14 agosto 2007
La manía del puntito
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9 comentarios:
Básicamente, por tocarte los cojones. punto.
Sí, es una buena explicación la del Capi. Vivimos en un mundo en el que cada vez está más de moda que una cantidad ingente de gente diga que esta o aquella chuminada les tocas los cojones/importuna/molesta/ralla/otros. Yo también lo hago a veces. Es cuestión de detectar qué cosa jode a alguien, y ya sabes cómo fastidiarle.
Cuando yo chateaba, recuerdo que todos escribían las frases sin esmero, pero Pepe Beltrán las escribía todas con mayúscula y punto al final.
Variará en cada caso, pero, en general, llamar -o equiparar con- "título" al "Asunto" de un mail me hace pensar que hay muchas cosas sobrevaloradas.
En conclusión, que a mí lo que me gusta es que me la chupen, ya sea con o sin puntos o mayúsculas.
Aquí se cuenta entre otras cosas que La Vanguardia nació el 1 de febrero de 1881 con un punto al final de su nombre (La Vanguardia.):
http://observatorio.ultimosegundo.ig.com.br/artigos/voz130220025.htm
Una razón para ponerlo (parecida a la que comentas para las mayúsculas) es para indicar que realmente el título terminaba ahí. Piensa que un título podría ocupar varias líneas, no estar separado varias líneas del resto del texto, no estar escrito en tipografía grande, etc.
Por decirlo informáticamente, cuando el canal aumenta su calidad, y también por la fuerza de las costumbres, la señalización existente puede llegar a verse como redundante, pero en realidad tiene su sentido.
Ejemplo: un título que contenga un punto y seguido en su interior, ¿necesita un punto final, o debe terminar en el vacío? Estamos acostumbrados a títulos cortos, que hablan sólo de una cosa (la más importante o atractiva) sencillamente porque otros estilos supuestamente no sobrevivirían en la acelerada vida actual. Esos títulos cortos parecen no necesitar punto, pero como viéndolo genéricamente sí puede ser necesario, ¿por qué no pornerlo siempre? Ahora te va a costar a tí convencerme de lo contrario, jeje.
¿Que estábamos acostumbrados a los títulos cortos?, he abierto a boleo dos libros de mi recibidor, y el más corto se titula "Tractado de alabança y murmuracion.", escrito así tal cual, con punto tras el título y sin acento en en la última "o". Es del año 1572 (pone MDLXXII), pero hay otro de MDCCLXXXXI (nótese cómo está escrito el último nueve), que trata sobre las aventuras de Gil Blas, y en el cual, además del título, todos los capitulos están escritos con punto final (algunos títulos de capítulos tiene siete líneas).
El motivo que explica el Capi me parece razonable. Incluso me halaga que alguien se tome tales molestias sólo por mí.
Si un título lleva un punto y seguido en su interior, supongo que también debería acabar con punto.
Teniendo en cuenta que en mi entrada hablo de usos actuales, si alguien hoy día decide escribir un título de siete líneas, se trataría de una generalización de la teoría expuesta por el Capi.
Hombre maño, en tu entrada hablas de "una norma ortográfica que se utiliza desde hace siglos ", mais ça ces't pas vrai, pero a los baturros cualquiera os quita la razón...
Aunque creo que la tienes, porque redactar títulos que contengan puntos y comas, o de siete líneas de longitud, es tocar los cojones; a ti en particular, y al orbe en general.
En todo caso ha sido un debate ameno en el que he descubierto la cantidad de cosas que se aprenden en Internet, y la cantidad de tiempo libre que tenemos algunos.
Jo, me recuerdas a Hongos, siempre quejándose de algo
Sataneiro, tu comentario me parece tremendamente injusto. No tengo más remedio que protestar por él.
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