29 diciembre 2006

Limpieza

Al fin he encontrado la nueva dirección del lugar donde estaban las fotos de mi blog. Las de las entradas antiguas; las nuevas están en el propio blogspot.

Así que me he dedicado a arreglar los enlaces rotos. Entre ellos, el del pollito de los comentarios. A quien, sin duda, habréis echado de menos. Pues aquí lo tenéis, de vuelta. Tan alegre y jacarandoso como siempre.

De paso, me he entretenido en leer mis entradas de años anteriores. Y creo que eran más interesantes que las actuales. Tendré que currármelo un poco más, que este blog está muy soso en los últimos tiempos. Mira, ya tengo un propósito para el año nuevo.

Aunque yo nunca tengo propósitos para el año nuevo.

15 diciembre 2006

Una tarde en Lübeck

Al igual que cuando estoy en España, hoy he salido de trabajar a la hora de comer. A diferencia de allí, aquí se come a mediodía. Conque a las doce ya estaba libre, de modo que he aprovechado para ir a pasar la tarde a Lübeck.

Lübeck es una ciudad del tamaño de Rostock (unos 200.000 habitantes), a unos 125km de distancia por autopista. También es puerto de mar y también pertenecía a la Hansa. No sólo eso; era la capital de la Hansa. Por tanto, era una ciudad muy importante y poderosa en la Baja Edad Media. Pero todo eso pasó. Hoy día es una ciudad como tantas otras, pero con un centro histórico muy bien conservado.

La característica principal de la arquitectura de Lübeck es, como en otras ciudades de la zona, el gótico de ladrillo y los tejados puntiagudos. Tanto que, en las torres de las iglesias, el tejado viene a medir tanto como el resto de la torre. Son estos tejados de las torres los que dan a la ciudad su imagen característica.

Aparte de eso, Lübeck está relacionado íntimamente con dos de los escritores alemanes más importantes del siglo XX. Thomas Mann era de allí, y Günter Grass vive en las afueras. Ambos escritores tienen su casa-museo que funciona como centro cultural. Günter Grass incluso da conferencias de vez en cuando en la suya, además de exponer su obra pictórica y escultórica (es polifacético, el hombre).

Lo mejor que se puede hacer en Lübeck es pasear por el centro, porque todas las casas valen la pena. Además, como todas las ciudades alemanas, ahora tiene sus mercados navideños y todavía hay más ambiente por las calles. Lo cierto es que fuera de los mercados había poca gente, pero puede ser porque éstos estaban atiborrados. Como he llegado después de la hora normal de comer, ya no me daban en ningún sitio y, además, hacía frío; pero me he acercado al mercado de la plaza del ayuntamiento (plaza del mercado, en realidad), me he comido un Backfisch (pescado frito) y luego me atizado un Feuerzangenbowle (otra bebida navideña recomendada por nuestro guiri) y, oye, que ha subido la temperatura en un momento. A patear se ha dicho. Armado con un planito que me han vendido en la oficina de turismo (y que incluye un itinerario peatonal muy interesante y recomendable), me he dedicado a recorrer el centro de la ciudad de arriba a abajo.

Aunque Lübeck pertenecía a la antigua Alemania Occidental, no es mucho más cara que Rostock. Y, desde luego, bastante más barata que Múnich. Y también es difícil que te hablen inglés, conque he tenido que seguir practicando el "alemán". Cosa con la que disfruto bastante, oye; rarezas que tiene uno.

Como digo, venir a Alemania en diciembre está muy bien por los mercados navideños. Pero lo malo es que anochece a las cuatro de la tarde. Y en esta ciudad hay pocas farolas, conque a las cuatro y media no veía ni peñazo. Conque me he tenido que volver al hotel. Más cansado de lo que pensaba; en el viaje he pasado bastante sueño. Mañana tenía pensado ir a Berlín, pero tal vez lo deje y me quede descansando en la habitación. Por lo pronto, he puesto el cartel de "no molestar" en la puerta.

12 diciembre 2006

Navidad en Rostock

Pues sí, después de Munich y la RAM (que merecería otra entrada en este blog; como adelanto diré que tal vez ha sido la mejor de mi vida), ahora estoy pasando frío en Rostock.

Rostock es una ciudad alemana situada a orillas del Báltico, en la antigua RDA. Y es más bonita de lo que pensaba. Al menos, la zona del centro, con sus calles peatonales y sus casas de colores.

Hace un rato he estado paseando por Kröpeliner Strasse, que es el eje de la zona peatonal. Y también del inevitable mercadillo navideño. No muy distinto del de Múnich por contenidos (montones de puestos de comida y bebida, especialmente salchichas y glühwein), pero sí por precios. Más o menos, las cosas cuestan la mitad aquí.

Ahora que lo pienso, también abunda un tipo de comida un tanto peculiar: las frutas rebozadas en chocolate. No las he probado aún, pero lo haré. Hay frutas de todo tipo: uvas, manzanas, plátanos...

Sí había oído que en Rostock había bastante ambiente, y es cierto. La calle estaba llena. Pese a que aquí no hay turistas en invierno. Sí en verano; muchos alemanes vienen a veranear a la costa báltica. Pero ahora casi todos los habitantes de la ciudad son locales. Y no hablan mucho inglés, conque me las tengo que apañar en alemán. Lo cual no es fácil, porque no hablo alemán, pero lo que no sé me lo invento.

Supongo que ahora bajaré otra vez por ahí para cenar. Menos mal que soy un tipo bastante adaptable, porque está haciendo frío y voy a quedarme aquí hasta Navidad. Mola viajar, pero también estar calentito en casa. Aunque en la habitación de mi hotel se está de maravilla.

05 diciembre 2006

Glühwein

Ya que venía a su país, el guiri del Núcleo me aconsejó que no me perdiera el mercado navideño y que bebiera glühwein. Pues hoy he hecho caso a los dos consejos.

En Munich ha hecho un día buenísimo. Esta tarde estábamos a quince grados, con un sol que no veas, sin una gota de viento. Pero sigue siendo diciembre y aquí tienen sus tradiciones. Conque por la noche he estado paseando por la zona peatonal del centro, entre la Karlsplatz y la Marienplatz para quienes conozcáis la ciudad.

Toda Neuhauserstrasse y Kaufingerstrasse, que son las grandes calles peatonales que unen las dos plazas que he nombrado, están llenas de tenderetes navideños. Y en muchos de ellos venden glühwein, que no es sino vino dulce caliente. Tradicional en invierno en muchos sitios, entre ellos toda Alemania. Así que, después de cenar en una de las muchas y enormes cervecerías de la zona, he vuelto hacia Karlsplatz, donde hay una pista de patinaje y, mientras veía las toñas que se daba la gente, me he atizado mi glühwein. Sí, todo lo turístico que quieras, pero los propios muniqueses hacen lo mismo en estas fechas.

Que en casita se está muy bien pero, ya que estoy fuera, también puedo aprovechar la situación, ¿verdad? Y Munich es una ciudad con mucho atractivo. Ahora que lo pienso, siempre que he venido a Alemania he estado en Munich. En mi próximo viaje romperé esa costumbre.

Vaya con los enlaces

Como no estoy en mi casa, he intentado entrar en el blog de Sataneiro a través del enlace que tengo en éste, en lugar de usar mi propia lista de favoritos. Y me he dado cuenta de que estaba mal. Así que, si alguien tiene interés en leer las paridas que publica el puto crío, que sepa que ya funciona. El enlace, no el puto crío.

03 diciembre 2006

El pequeño Willy Fog

Así es como me llama Persélope por mis continuos viajes en los últimos tiempos.

Y sigo con ellos. He estado un par de semanas en Madrid, pero ya no volveré aquí hasta después de Navidad. Bueno, dormiré en casa alguna noche suelta; lo justo para dejar ropa sucia, coger otra limpia y volver al aeropuerto.

Mis próximos viajes van a ser la próxima semana a Munich (por trabajo) y a Tossa de Mar (para la RAM). Distintos motivos, pero enlazados. Y cuando vuelva de la RAM, otra vez a Alemania, esta vez al norte.

Este blog está siendo un poco monotemático en los últimos tiempos, y me temo que seguirá así durante un par de meses, al menos. Ya os contaré algo a la vuelta.