Pues sí, después de Munich y la RAM (que merecería otra entrada en este blog; como adelanto diré que tal vez ha sido la mejor de mi vida), ahora estoy pasando frío en Rostock.
Rostock es una ciudad alemana situada a orillas del Báltico, en la antigua RDA. Y es más bonita de lo que pensaba. Al menos, la zona del centro, con sus calles peatonales y sus casas de colores.
Hace un rato he estado paseando por Kröpeliner Strasse, que es el eje de la zona peatonal. Y también del inevitable mercadillo navideño. No muy distinto del de Múnich por contenidos (montones de puestos de comida y bebida, especialmente salchichas y glühwein), pero sí por precios. Más o menos, las cosas cuestan la mitad aquí.
Ahora que lo pienso, también abunda un tipo de comida un tanto peculiar: las frutas rebozadas en chocolate. No las he probado aún, pero lo haré. Hay frutas de todo tipo: uvas, manzanas, plátanos...
Sí había oído que en Rostock había bastante ambiente, y es cierto. La calle estaba llena. Pese a que aquí no hay turistas en invierno. Sí en verano; muchos alemanes vienen a veranear a la costa báltica. Pero ahora casi todos los habitantes de la ciudad son locales. Y no hablan mucho inglés, conque me las tengo que apañar en alemán. Lo cual no es fácil, porque no hablo alemán, pero lo que no sé me lo invento.
Supongo que ahora bajaré otra vez por ahí para cenar. Menos mal que soy un tipo bastante adaptable, porque está haciendo frío y voy a quedarme aquí hasta Navidad. Mola viajar, pero también estar calentito en casa. Aunque en la habitación de mi hotel se está de maravilla.
12 diciembre 2006
Navidad en Rostock
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