30 junio 2010

La huelga del metro

Los trabajadores del metro de Madrid están en huelga desde el lunes pasado. Seguremente os habréis enterado incluso quienes no vivís aquí porque desde ayer martes no se están cumpliendo los servicios mínimos, por lo que el metro está cerrado y los demás medios de transporte están colapsados, por lo que la huelga está saliendo en todos los medios de comunicación. Y, además de eso, aquí es el principal tema de conversación en la calle. Incluso por encima del Mundial de fútbol, que ya es decir.

He oído y leído opiniones muy variopintas sobre la huelga y creo que voy sacando mis propias conclusiones.

1. Los trabajadores no tienen razón al saltarse los servicios mínimos. Las leyes están para cumplirlas. Si no gustan, hay que hacer lo posible para cambiarlas, pero no pasárselas por el arco de triunfo cuando no nos convienen.

2. Los servicios mínimos son abusivos. Imponer el 50% del servicio significa, directamente, negar el derecho de huelga. En mi opinión, los servicios mínimos tienen sentido en casos específicos. Por ejemplo, en una huelga de sanidad, hay que seguir cuidando a los enfermos internados en hospitales y hay que seguir practicando las operaciones de urgencia. En algunas fábricas hay que mantener determinados procesos cuya reanudación en caso de parada es muy costosa. Pero en una huelga de un medio de transporte que no afecta a emergencias, que alguien salga en el telediario presumiendo de que ha habido "normalidad pese a la huelga", como es habitual, es una burla a un derecho constitucional.

3. La actual ley de huelga es ridícula. Que se permita a la patronal decidir unilateralmente cuáles van a ser los servicios mínimos es aberrante. Ya sé que no es así en general, pero en los servicios públicos sí.

4. La mayoría de la gente cree que sus derechos son más importante que los del resto. No digo que les importen más, lo que no deja de ser natural; digo que creen que objetivamente son más importantes. Es decir, lo usan como argumento creyendo que eso va a convencer a su interlocutor. Cortedad de miras, creo que se llama.

Observaréis que no he entrado en los motivos de la huelga. Para lo que he expuesto más arriba, los motivos son irrelevantes.