29 junio 2003

El título

Pues no parece que el título salga muy bien. Por lo demás, tal como imaginaba, eso de los acentos no nos afecta a los de Aragón. Buenos somos.

Nuevo Blogger

Como la mayoría sabréis, bien porque tengáis un blog, bien porque seáis lectores habituales de otros, el Blogger, la herramienta que usamos la mayoría para escribir nuestros blogs, ha cambiado. Así que ésto es un fragmento de prueba.

Parece que los demás tienen algunos problemas con los acentos. Veremos si esos problemas también afectan a los maños, aunque creo que nosotros estamos inmunizados.

De paso, he aprovechado para poner título a lo que escribo, que siempre me ha gustado en otros blogs que leo.

25 junio 2003

Hoy estoy en casita, hecho polvo. Llevo un catarro de cuidado encima por culpa del maldito aire acondicionado de la oficina.

No entiendo a esa gente que se empeña en estar a 18 grados en verano y a 23 en invierno. De verdad que no. A mí me parece normal tener calor en verano y frío en invierno. De acuerdo, si se puede estar un poquito mejor, pues vale. Pero yo creo que la temperatura normal en un lugar de trabajo debería ser al revés: 18 en invierno y 23 en verano. Para mi desgracia, la masa no opina lo mismo.

Además, para mi aún mayor desgracia, el aire acondicionado de mi oficina funciona de pena. Hay un difusor en el centro que nos suelta todo el aire a mí y a otros dos compañeros, mientras que un montón de gente ni se entera de que está encendido. Yo estoy hecho un asco desde el sábado (sí, me ha fastidiado todo el fin de semana) y mi compañera SuperFresa, que se sienta a mi derecha, ayer empezaba a tener mal aspecto. No sé si habrá ido hoy a trabajar. A ver cuánto tarda en caer el que falta.

Veo que hacía quince días que no escribía nada aquí, así que voy a dejar de quejarme, porque me parece que tengo cuerda para llenar siete pantallas. Venga, pasadlo bien y la próxima vez que escriba será algo más interesante.

10 junio 2003

Acabo de leer una frase de La Rochefoucauld bastante interesante:

"Confesamos nuestros pequeños defectos para convencer a los demás de que no tenemos otros grandes."

Así que confesaré uno de mis pequeños defectos: cuando escribí mi mensaje anterior en este blog, estaba en pleno ataque de gilipollez. Me pasa de vez en cuando.

Hoy, en cambio, los pajaritos cantan, hace un calor del carajo, y me siento de maravilla. Tal vez sea otra forma de gilipollez, pero la prefiero.

09 junio 2003

Sigo un tanto pillado de tiempo. Son las dos y media de la mañana, el despertador sonará a las seis y media. Debería estar durmiendo.

Sin embargo, ya veis. Aquí estoy leyendo correos, blogs y demás. Debe de ser por esa tonta sensación de libertad que tengo al estar solo.

Esta semana estuvieron mis padres en mi casa. Me vino de maravilla porque consiguieron arreglar algunas cosillas que todavía no funcionaban como debían, además de obligarme a mí mismo a poner un poquito de orden. Pero me agobiaban un poco. Lo cual es culpa mía. Los pobres tenían poca elección: si me preguntaban algo antes de hacerlo, me agobiaban porque no me dejaban un momento en paz; si no, porque hacían lo que les daba la gana sin contar conmigo, aunque sea mi casa. Supongo que todo esto estaba causado porque llevo unos días muy ajetreados y eso me hace ser irascible. O espero que sea así; eso significaría que es una cosa pasajera.

El miércoles se fueron, pero el viernes me fui a Pamplona y entonces la que me controlaba era Raquel. Y me controla poquito, la pobre. A veces no sé cómo me aguanta.

Al menos, ahora que estoy solo y escribo todo esto, me doy cuenta de que les echo de menos. No todo está perdido. Claro que mañana vuelven mis padres... ¿me arrepentiré?

Welcome back, my friend,
To the show that never ends
We're so glad you could attend
Come inside, come inside

Ese es el principio de una canción de Emerson Lake & Palmer, uno de los grupos más odiados de la historia del rock, aunque a mí me gustan.

Así que, bienvenido, chaval. Estamos encantados de volver a tenerte entre nosotros.