Este fin de semana estuve en la RANA, que es la Reunión Anual de Navarra y Aragón. En el acrónimo no dice que es una reunión de Mensa, pero lo es.
Este año fue parecida a la del anterior, porque se celebró en el mismo sitio (Gallocanta) y en fechas similares. Tal vez haya sido por eso que la asistencia ha sido más escasa; poco más de la mitad que en la ocasión anterior. Pero yo creo que lo hemos pasado al menos igual de bien.
Por cierto: de los veintitantos asistentes, sólo una navarra (Nu). Es que los navarros que suelen apuntarse a estas cosas estaban de parto. Porque, pese al nombre, siempre van muchos más aragoneses. El grupo de Mensa de Zaragoza es de los más activos de España, mientras que en Navarra no hay manera de poner la cosa en marcha.
Además de una navarra y unos cuantos aragoneses, había bastante gente venida de Madrid y Barcelona, pero también de lugares más lejanos como Asturias e incluso Grecia (aunque la griega vive en Madrid). Pero nuestro asturiano se ha hecho todo el camino desde allí.
Pese al mal tiempo, en forma de lluvia torrencial, hemos podido hacer alguna visita cultural a la propia laguna de Gallocanta y también al castillo de Peracense. Aquí no había estado nunca, pese a que mis amigos del pueblo fueron hace poco, y vale la pena. Estuvimos más de una hora en él y, si no hubiera sido porque amenazaba con volver a llover en cualquier momento, nos habríamos quedado más rato.
Aparte de eso, las habituales sesiones de juegos y también la ya tradicional fiesta nocturna del sábado. En este caso, amenizada por la queimada que preparó Fantine con motivo de su cumpleaños, amenizada por un conjuro inventado, ya que se le había olvidado el de verdad. Algunas frases sí eran del auténtico, pero otras como "a miña casa non quero que veñas, sempre me fodes, nunca me preñas" no parecían pertenecer a él.
En la fiesta tuve un pequeño percance. Le di una patada accidental a algo y me machaqué un dedo del pie. Todavía ando un poco cojo, aunque no parece que me lo haya roto. Por si tuviera pocos achaques últimamente, encima accidentes.
No llegué a quedarme a ver amanecer sobre la laguna, como algunos intrépidos, pero sí vi más estrellas que en los cinco últimos años juntos y también cómo unos maños hacían una hoguera a golpe de cabezonería, pese a que la leña estaba empapada (chipiada, que diríamos nosotros), para recenar. Las celebraciones de Mensa, en general, son bastante especiales; pero creo que no hay ninguna como la RANA.
23 mayo 2007
La RANA
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