Siempre he preferido el calorcito al frío. Viniendo de Zaragoza, no es de extrañar, porque en invierno suele soplar un viento terrible. Más o menos, a lo que llamamos "airecico" es a lo que en otros lugares llamáis "viento". Si decimos que un día hace "mucho aire", es lo que en otros sitios llamáis "huracán". Y en invierno es muy desagradable.
Pero es que, además, tengo una tendencia enorme a resfriarme. Puede que sea isotermo (es decir, que aguanto más tanto el calor como el frío que otras personas), pero cuando cojo frío, lo cojo. Y el lunes pasado creo que me mojé más de la cuenta por la lluvia, así que hoy llevo un trancazo terrible. Me he tenido que volver a casita a mediodía y me he pasado toda la tarde sobando. Menos mal que esa técnica suele curarme casi todo.
Lo malo será conseguir volver a dormirme esta noche. Jo, qué mal se está cuando uno está enfermo, ¿verdad?
16 noviembre 2005
No me gusta el invierno
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