28 julio 2008

La Expo no es un Parque Temático

Aprovechando que el viernes pasado fue fiesta en Madrid y Navarra, he pasado este puente viendo la Expo de Zaragoza con Raquel y Nu. No voy a contaros lo que hicimos en plan plasto-serie; más bien, esta entrada pretende contar qué hay y funcionar como una pequeña guía para quienes queráis ir a verla más adelante.

Lo primero: para quienes estuvierais en la Expo de Sevilla hace dieciséis años, ésta es bastante más pequeña. Hay entradas para tres días por 70€; si te metes un poco de caña, en tres días puedes ver casi todo. Aunque nosotros acabamos muy cansados y a mí me dolían los pies una barbaridad, pero eso también se debe a que los tengo un poco raros y no iba bien calzado.

Empecemos por ahí. Lo principal que debes llevar es: ropa cómoda y fresca, calzado cómodo (lo más cómodo que tengas, que hay que andar mucho y estar de pie), gafas de sol, bronceador, bolso o mochila, cantimplora. Si no tienes gafas de sol, en el pabellón de la Comunidad Valenciana te regalarán unas. Si no tienes bolso, acabarás harto de llevar cosas en la mano, pero hay varios pabellones (como el de Andorra) en los que puedes conseguir bolsas de tela. Si no llevas ningún recipiente para llevar agua, hay fuentes y los chiringuitos tampoco son muy caros, pero vaya, calcula que vas a querer beber mucho.

Mi hermano está trabajando allí y me contaba que han tenido problemas con probos padres de familia borrachos. Va un tipo con su mujer, su suegra y sus hijos; le empiezan a poner la cabeza como un bombo, así que se dedica a trasegar cerveza en los chiringuitos. Y a las seis de la tarde ya va medio pedo y a lo mejor monta un altercado por cualquier tontería.

La Expo está situada en la márgen izquierda (norte) del Ebro, en el meandro de Ranillas. Tiene tres puertas de acceso:

- La del Ebro, que es la principal. Se puede llegar a ella en autobús (hay un montón de líneas de autobús que llegan a la Expo), en barco por el Ebro o andando. La Expo está pegada a la ciudad, así que se llega bien andando desde el Actur o, cruzando la nueva pasarela sobre el río (Pasarela de los Voluntarios, conocida popularmente como El Pincho), desde la Almozara.

- La de la Torre del Agua. Se puede llegar a ella en autobús o usando el Telecabina, que sale desde cerca de la estación de las Delicias (adonde llegan todos los trenes y autobuses interurbanos).

- La del Pabellón Puente. Está cerca de la salida del Telecabina, así que se puede llegar usando los mismos autobuses que para éste.

Además, se puede ir en coche (no os lo aconsejo y tendréis que pagar 12€ de párking) o en bici. Hay bicis de alquiler en 22 puntos de la ciudad, incluidas las tres puertas de la Expo, e incluso bici-taxis (con capacidad para tres personas).

El Telecabina es chulo. Cuesta 9€ (ida y vuelta), pero también podéis comprar un pasaje a precio reducido con la entrada para tres días. Pero tiene dos problemas: empieza a funcionar media hora después de abrir la Expo y a primera hora está petado. Por tanto, no es una buena opción de acceso. Sin embargo, sí podéis aprovechar para hacer un viaje cuando vayáis a ver la Torre del Agua, que está al lado.

Podréis pensar que no hay porqué entrar a primera hora; pues sí, sí hay porqué, especialmente si vais en fin de semana (cuando hay más gente). En algunos pabellones sólo se puede entrar si habéis cogido hora antes, y a media mañana ya están repartidas todas las horas. Así que algún día deberíais estar ya haciendo cola antes de que abran las puertas, a las nueve y media de la mañana.

Podemos dividir la Expo en grandes bloques:

- Pabellones nacionales
- Pabellones autonómicos
- Pabellones institucionales y de empresas
- Pabellones temáticos
- Pabellones singulares
- Espectáculos

Los pabellones nacionales son la mayoría. Hay más de 100 países con pabellón en la Expo, aunque algunos están en pabellones conjuntos. Es el caso de África Subsahariana, América Latina y la Comunidad del Caribe. Estos pabellones son mucho más pequeños que los que había en Sevilla. Hay unos edificios grandes, a lo largo de una calle, en los que se sitúan los pabellones. Y la calidad de los mismos es muy variada. Muchos pabellones nacionales entran en dos categorías, que mi hermano llamaba "FITUR" y "Corte Inglés".

Un pabellón FITUR es el que se dedica exclusivamente a hacer publicidad turística del país en cuestión. Pasan ampliamente del tema de la Expo (el agua y el desarrollo sostenible) y van a lo suyo. Te ponen unos audiovisuales con los atractivos turísticos del país, te reparten unos cuantos folletos, y a otra cosa. Un ejemplo es el pabellón de Malta; podría ser interesante mostrar cómo gestionan el agua en una pequeña isla, pero no, sólo hay propaganda turística y nada relacionado con el agua. O los países del Caribe; el pabellón de la Comunidad del Caribe está bien, tiene un bar con combinados tropicales (mojitos, piñas coladas, daiquiris y demás) baratos, tienen una steel band que es la caña; pero eso lo ha puesto la organización. Cada país tiene dentro del pabellón una simple oficina de turismo.

Un pabellón Corte Inglés es el que tiene cuatro carteles y una (o más) tiendas. Como "La India en el Corte Inglés", vaya. Bueno, el pabellón de la India es un ejemplo extremo; en realidad, no hay pabellón de la India, pero un tipo pagó la inscripción y ha montado un pabellón llamado "El rincón de la India", que no es más que un bazar. Pero otros muchos países han montado pabellones así, como Túnez o Yemen.

Luego hay otros que sí han seguido en mayor o menor medida el tema, como la mayoría de los europeos. Y son los pabellones con más colas, claro. Hay alguno bastante curioso, como el de Lituania; parece un pub gigante, con una ducha colectiva (muy apetecible a media tarde), vídeos de baloncesto y una barra con cerveza de siete u ocho maneras. Si estabas cansado de recorrer la Expo, entrabas, te mojabas, veías al Jalgiris Kaunas de finales de los ochenta zurrar al TsSKA de Moscú y salías de otra manera.

De todos los pabellones nacionales que vi (que no fueron todos ni lejanamente), tal vez el que mejor había entendido la idea de la Expo fuera el último que visité, el de Omán. Todo él está dedicado a explicarte cómo se las arreglan para aprovechar el agua en un país desértico; sencillo pero ilustrativo.

El único país que tiene su propio pabellón aparte es España. Ojo: hay que reservar antes. A primera hora de la mañana se montan unas colas importantes para ello delante del pabellón. Se puede reservar para muchos pabellones usando el llamado fast-pass, que se coge en unas consolas que hay en muchos sitios de la Expo, pero para el de España hay que reservar en el mismo pabellón (entrando por la Puerta del Ebro lo tenéis delante de vuestros morros). A nosotros nos costó casi hora y media de cola el viernes, avisados quedáis. El pabellón en sí está bastante bien, todo dedicado al agua y las energías renovables (más al agua) en España. Una chapuza: la parte final del pabellón está cerrada. Es una zona dedicada a la arquitectura bioclimática y se pasa por una zona con pelotas en el suelo, como las de los chiquiparks. Pero, por lo que nos contó un chico en el pabellón, los primeros dos días hubo varias caídas y la cerraron. ¿Y no podían haber quitado las bolas? Al parecer, era más facil cerrarla. Raquel no estaba muy contenta porque así no explican cómo funciona el propio pabellón, que es una especie de botijo gigante (no por la forma, pero sí que han utilizado la misma idea para refrigerarlo). De todos modos, vale la pena.

Una cosa importante si vais al pabellón. Nada más entrar te meten en una sala para ver una proyección en el techo. La peña tiende a sentarse en las primeras filas, pero las mejores son las últimas. Si no os vais al final, podéis acabar con un dolor de cuello importante. Ah, y me gustaría saber quién diseñó los uniformes de las azafatas, porque son realmente horribles, además de parecer bastante incómodos.

Los pabellones autonómicos están todos juntos en un edificio y siguen la idea de los nacionales. Algunos tratan más del agua (como el de Cataluña), otros son modelo FITUR (como el de Galicia) y alguno tiene su chorradita original (como el de Castilla-León, con una cortina que suelta palabras formadas con agua). En la mayoría ponen audiovisuales perfectamente prescindibles y clónicos (ya sabéis: imágenes fundidas unas con otras, colchón de sintetizador, voz impostada leyendo textos pseudo-poéticos...). En general, decepcionantes.

También tiene pabellón aparte Aragón. Lo primero que se ve, que es la parte superior del pabellón, no vale mucho (una exposición normalita). Pero el audivisual es la caña, sobre todo por la sala en que se proyecta. Cuando entréis, no os apelotonéis con toda la gente, que al fondo está medio vacío. Encontrad un sitio que os guste junto a alguno de los laguitos, sentaos en el suelo y disfrutad.

Encima de los pabellones autonómicos están los institucionales y de empresas. Os podéis saltar tranquilamente los dos primeros (Diputación y Ayuntamiento de Zaragoza), pero los de las empresas están bien. Si vais con niños, el de Correos tiene muchos juegos para ellos. El audiovisual en 3D de Grundfos (fabricantes de bombas de agua) es muy chulo. El pabellón de la CAI no es más que un tapiz medieval (normalmente expuesto en la Seo) y un jardín. Pero ojo: el último de todos es uno llamado Agua Viva, que no sabíamos de qué iba. Hasta que no estábamos sentados en el audiovisual no nos dimos cuenta de era de los Evangelistas, que nos querían convertir (como estábamos hechos migas, nos quedamos sentaditos hasta el final, descansando).

Los pabellones temáticos están en la llamada Plaza Temática. A diferencia de la Calle 2008 (donde están los pabellones nacionales), la plaza tiene muy poca sombra, conque no os los recomiendo para las horas centrales del día. Claro que en el interior de los pabellones se está bien y, con una excepción, no suelen tener colas. En general son bastante interesantes aunque, como pasa en algunos otros pabellones, en algún caso adolecen de falta de información. Es el caso de Oikos, un pabellón que parece dedicado a los usos domésticos de la energía, con montones de autómatas, pero no sabes qué está pasando ni por qué son así las cosas. Creo que es una de las instalaciones que van a dejar después de la Expo, para ir con colegios; si tienen a alguien explicando puede estar bien. Luego están Agua Compartida (sobre los problemas de las cuencas hidrológicas compartidas por varios países o regiones), Ciudades de Agua (sobre cómo el agua ha influido en el modelo urbanístico de muchas ciudades del mundo), Sed (sobre cómo la falta de agua ha estimulado la tecnología), el Faro (un pabellón cedido a las ONGs) y Agua Extrema (sobre situaciones extremas relacionadas con el agua, como maremotos, inundaciones, grandes sequías, tormentas...).

Agua Extrema es una de las estrellas de la Expo. Si podéis coger fast-pass, cogedlo, porque hay mucha cola, pero se acaban en seguida. Es un pabellón aparentemente interesante, pero se ha convertido en una atracción de parque temático. Que no está mal, pero es que han sacrificado por completo la exposición; cuando entramos nosotros, ni siquiera nos la dejaron ver. Nos dijeron qué había, pero una vez hecho esto, hala, haced cola para el simulador. El simulador es un cine de éstos que se mueven (como el Sea Odissey de Port Aventura, para quienes lo conozcáis) en el que proyectan una película basada en tres catástrofes acuáticas distintas: el gran tsunami del Indico de 2004, el huracán Katrina y la riada del cámping de Biescas. Además de mover los asientos, hace viento y te tiran bastante agua (a la entrada te dan un chubasquero).

Luego hay unos cuantos pabellones que no entran en ninguno de estos grupos. Está el Acuario Fluvial; junto con el pabellón de España, es el único al que sólo se puede entrar con reserva, aunque en este caso se coge en las consolas normales de fast-pass. Ojo: no podéis ir y coger fast-pass para todos los pabellones de golpe. Además de que sólo funciona para unos cuantos, no te dejan coger más que para uno de los pabellones cada vez, salvo en el caso de aquellos en los que es obligatorio (España y el Acuario). Para los demás, no puedes coger hasta que no ha pasado la hora de la anterior reserva. Bueno, el Acuario Fluvial es el típico acuario que hay en muchos otros sitios, pero con la particularidad de que sólo tienen peces de río. Está dividido en cinco zonas, dedicadas a un río de cada uno de los cinco continentes (Nilo, Amazonas, Mekong, Murray, Ebro). El Acuario Fluvial se ha estrenado para la Expo, pero va a permanecer después de su clausura, así que también podéis ir a verlo cualquier otro día.

El pabellón más grande de la Expo es el Pabellón Puente que, como su nombre indica, es un puente sobre el Ebro. Se puede usar, simplemente, para cruzar el río (es una de las entradas a la Expo), pero también tiene una exposición sobre los usos y abusos del agua. Para mi gusto, bastante interesante. Arquitectónicamente destaca el exterior, porque el interior es muy austero. Pero por fuera es muy bonito.

Aunque el edificio más llamativo desde lejos es la Torre del Agua. Se encuentra un tanto apartada del resto de la Expo; hay que cruzar una pasarela para llegar a ella. La torre tiene 23 pisos. En la parte inferior hay una exposición sobre el agua como sustancia química, a base de muchos audiovisuales cortos (ninguno dura más de diez segundos), cada uno dedicado a una propiedad del agua; un túnel que pretende hacerte pensar sobre el agua, y un montón de pequeños paneles con datos variados sobre el agua. Desde allí subes directamente hasta el séptimo piso por unas escaleras mecánicas, y allí empieza la segunda parte de la torre. En el suelo del séptimo piso hay tres pantallas de vídeo circulares y, sobre ellas, una enorme escultura colgante que ocupa todo el hueco de la torre. Sí, está hueca hasta el piso superior, en el que hay un bar-restaurante y tienda. La escultura representa un chorro de agua. Del piso 7 al 23 hay que subir por unas rampas, y luego se baja hasta abajo por otras. En efecto, no hay vuelta atrás; si empezáis a subir, hay que llegar hasta arriba. Pero las rampas son suaves. Y la idea no es que subáis a toda castaña, sino que aprovechéis para ver la escultura, que es diferente desde cada piso. A mí me gustó mucho, de lo que más en la Expo.

Finalmente, hay dos pabellones fuera del recinto Expo. El de Agua Digital, situado junto a la entrada del Pabellón Puente, y el del Telecabina, situado junto a la Puerta del Agua (contiene una exposición de arte moderno sobre la nieve).

Además de todos los pabellones, en la Expo hay bastantes espectáculos. Cuando entras te entregan un plano de la Expo y un programa con los espectáculos del día, además de información variada. Todos los días a las 12h recorre el recinto una cabalgata organizada por el Circo del Sol. No os la perdáis, que no se necesita coger sitio y es muy, muy bonita. Por la noche suele haber alguna actuación grande en el Anfiteatro, que está situado junto al Pabellón Puente. Algunos días hay una actuación más importante en el Palacio de Congresos, que está en la misma zona, y para la que hay que comprar entrada aparte.

Luego hay varios escenarios en los que se hacen muchas actuaciones a lo largo del día. Junto al pabellón de Aragón suele haber grupos folclóricos, sobre los pabellones autonómicos hay a veces bandas y charangas, etcétera.

También hay pabellones que tienen sus propias actuaciones. Ya he mencionado la steel band del Caribe, que mete una caña que no veas con las marimbas. Un rollo completamente distinto es el que llevan los Norwegian Socks que, pese a su nombre, son belgas y actúan por las noches frente al pabellón de su país. Versiones de rock con un cantante muy vacilón que se lleva al público de calle.

En un extremo de la Expo está el pabellón de Inspiraciones Acuáticas, que es el lugar donde actúa el Hombre Vertiente, otra de las estrellas de la Expo. Cuatro actuaciones al día, pero lo llenan, así que intentad conseguir fast-pass (o ir con mucho adelanto a hacer cola, si no queréis verlo de pie). Es un espectáculo originalmente en tres actos, pero sólo hacen los dos primeros porque con el tercero (el más espectacular) tuvieron serios problemas. No lo hacían al principio por problemas técnicos y, el día en que decidieron estrenarlo, se rompió un cable y uno de los actores acabó en el hospital. Pero vaya, la parte que queda sigue mereciendo la pena.

Y, finalmente, el espectáculo de fin de fiesta. A las 22h cierran los pabellones y a las 22h30 empieza el show del Iceberg, que es un armatoste que han puesto en medio del río. Se ve desde unas gradas que hay en la orilla (id pronto a coger sitio). En realidad, no marca el cierre de la Expo, porque las puertas siguen abiertas hasta las tres de la mañana y por la noche hay más espectáculos.

Bueno, creo que todo este rollo resume (ejem) lo que podéis ver en la Expo. Otras cosas interesantes:

- Se puede comer y beber por cualquier precio. Desde cinco euros por un bocata y una bebida en los chiringuitos que hay por todas partes, hasta cien en el restaurante de Aragón o España. Hay algunos restaurantes en los pabellones en los que se come bien por un precio razonable; nosotros comimos un día en el de Alemania, típica comida alemana (cerdo, salchichas, sauerkraut, ya sabéis) con cerveza buena, y otro en el de México (no es tex-mex, sino raciones a base de pescado), por menos de veinte euros cada uno.

- En general, todo el personal de la Expo es muy amable. Si tenéis cualquier duda o necesitáis cualquier información, no dudéis en preguntar al primer voluntario o trabajador que os encontréis (si llevan cinta azul con la acreditación colgando, son de la organización). En los pabellones, en cambio, hay de todo. Desde el camarero que nos atendió en el restaurante de México, que era majísimo, hasta la azafata del pabellón de las Baleares, que casi nos escupió.

- Por lo que sé, algunos pabellones nacionales (Japón, Alemania, Kuwait) son muy recomendables, pero hay mucha cola. En el de Kuwait, por ejemplo, parece que no hay demasiada, pero es que tiene muy poca capacidad; si llegáis al final del serpentín, significa dos horas. De todos modos, podéis ir a primera hora a hacer cola.

- Hay muchas, muchas cosas para ver sin colas. El sábado pasado tuvieron el récord de visitantes hasta ahora; sin embargo, ese día pudimos entrar directamente en muchos pabellones, incluyendo la Torre del Agua o el Pabellón Puente.

Pues hala; a quienes hayáis llegado hasta aquí, gracias por aguantar el rollo. Si vais a ver la Expo o ya habéis estado, espero que me contéis qué os ha parecido. Sobre todo en lo que no estéis de acuerdo conmigo.

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Now playing: Enrique Morente - Compases Y Silencios

7 comentarios:

Fantine dijo...

Menos mal que no pretendías hacer una plastoserie! Menuda entrada :P

He de reconocer que me la he leido en diagonal, pero es que en breve me ire a la playa. Y no, no me he traido el mp3 ;)

Gorpik dijo...

Ya, me ha salido un rollo macabeo. Si viera esto en otro blog, creo que yo tampoco me lo leería.

¡Pero, al menos, me habría llevado el mp3!

Anónimo dijo...

Me he papado la entrada entera y por lo que cuentas nos perdimos media Expo. Pero es que nosotros fuimos al poco de inaugurarla y los de la organización no sabían nada de nada. Cualquier cosa que les preguntaras, ni idea. Para aclararnos con lo del fast pass, la locura.Preguntabas y nadie sabía para qué pabellones hacía falta. El pabellón de España ni intentamos verlo porque había 2 horas de cola bajo el sol para sacar la entrada. Y resulta que en la mayoría de los pabellones que visitamos, como yo has dicho, sólo había bazar. Bueno, y luego había sitios en los que los carteles estaban sólo en Inglés que, vale que sea un idioma muy extendido, pero la Expo es en España, leches.
Total, que no nos gustó nada. Nos pareció una completa estafa.

Gorpik dijo...

Sí, Crubi, por eso se me ocurrió escribir esta entrada en plan guía. Nosotros tuvimos la ventaja de que mi hermano trabajaba allí y nos dijo cosas, pero es fácil que te pase lo que a ti.

También me contó que en los primeros días iban de cráneo, hasta que las cosas se ajustaron. Cuando estuvimos nosotros la Expo ya llevaba más de un mes abierta, de modo que muchos problemas se habían solucionado y los trabajadores ya se conocían todo mucho mejor.

Tal vez una conclusión válida sea que es mejor no ir a según que cosas en los primeros días, sino dejar que se rueden un poco.

Gorpik dijo...

Ah, mira, otra cosa al hilo del comentario de Crubi. Muchas veces pensé que quien no supiera español no se iba a enterar de la mitad, porque había muchas cosas sólo en español. Ya ves, de la misma cosa se pueden tener dos percepciones opuestas.

En general, todas las cosas oficiales (incluidas las locuciones por megafonía) están en español, inglés y francés. Pero en los pabellones hay disparidad.

Anónimo dijo...

Hola,
El primer dia solo estube en unos 30 y algo pabellones, vamos en bus y antes d las 10 estamos alli y nos vamos las 12 d noche, haber si me puedes aconsejar pa aprovechar el tiempo máximo posible y ver muxos pabellons en 2dias.
La verdad que el primer dia vimos España, Aragon y Acuario asi como mas importantes algunos de los autonomicos y casi todos los demas de arriba Marruecos, Mongolia, Malasia, Tunez, Argelia, ... y si que vimos Italia, pero casi todos los que vimos fueron Moros na de Europa (excepto Italia,Paises bajos, Lituania y Hungria creo que no me dejo ninguno).

Por favor, aconsejarme como puedo rentabilizar mi tiempo para ver mogollon de paises en dos dias que me quedan, eso si este sabado dia 30 vuelvo, contestarme antes y si quereis me lo podeis enviar a pacresol@yahoo.es.
Saludos y gracias.

Gorpik dijo...

Aparte de todo lo que ya escribí en la entrada, no tengo muchos más consejos que dar.