15 junio 2008

Lo correcto

Supongo que a muchos de vosotros os pasará como a mí: no me gusta leer entradas de blogs del tipo "una persona que no voy a nombrar me ha hecho una cosa que no voy a decir y...". No resulta fácil leer sobre algo si ni siquiera sabes qué es.

Me temo que esta entrada va a ser de ese tipo, así que podéis dejar de leer aquí para evitar esa molesta sensación.

La sensación molesta que yo estoy teniendo estos días, en cambio, es otra. Es la de no estar haciendo lo correcto con algunas personas. O más bien, la de no saber si lo que hago es lo correcto.

Por ejemplo: si una persona me da su opinión, que no comparto, sobre algo, ¿debo decirle que no estoy de acuerdo? Creo que la respuesta, en general, es sí. Pero si ese asunto no es importante para mí y sí para la otra persona, ¿sigue siendo sí? ¿No estaría contribuyendo a deteriorar nuestra relación por algo que no me importa demasiado?

Veo que una persona va a tomar una decisión que considero equivocada, ¿debo decírselo? Una vez mas, la respuesta general es sí. ¿Debo impedir que cometa esa equivocación? Vaya, la cosa cambia. Tengo que respetar su libertad; además, no debo ser tan fatuo como para no pensar que el equivocado puedo ser yo. ¿Y si pienso que hay alguna circunstancia que le impide considerar correctamente la situación? Uf, lo estamos poniendo más difícil. ¿De verdad es así o soy yo quien veo las cosas incorrectamente porque estoy mediatizado por mi propia opinión?

Esta última pregunta suele ser muy complicada para mí. Al final, casi siempre me decanto por dejar que la otra persona haga lo que quiera sin inmiscuirme más. Y a veces ocurre que viene una tercera persona con menos escrúpulos y consigue influir para que haga lo que le conviene a ella. Eso me revienta mucho.

9 comentarios:

Cranky dijo...

Jeje, ya me conoces, ya sabes lo que te voy a decir: di lo que piensas, a la cara. La decisión la tomará el otro en cualquier caso.

Aquí, el rey bocas.

Cranky dijo...

Oye, que llevo tres días con fiebre. Que lo mismo me equivoco. Y hay casos en que es mejor callar.

Ayyy, lo correcto...

Gorpik dijo...

Claro, eso es lo que he escrito. Que hay que decir las cosas y luego el otro toma su decisión. El problema está si piensas que el otro no está en condiciones de tomar una decisión.

Earendil dijo...

Es un terreno pantanoso compadre.

Creo que podría funcionar el conocido axioma de intentar hacer lo que le gustaría que le hicieran a uno mismo.

Esto no garantiza nada claro. Nada excepto el dejar de hacerse continuamente preguntas que no llevan a ninguna parte. Y eso es algo que vale su peso en angulas. En diciembre y en el Corte Inglés.

Un abrazo.

Rapunzell dijo...

Si la otra persona no está en las mejores condiciones para tomar una decisión... pues es un caso difícil, la verdad. Y yo tampoco sé bien qué se hace ahí.

En primer lugar, es dificilísimo evaluar cuándo alguien está o no en condiciones aceptables para tomar una elección sensata. Y es también complejo aplicar la Primera Directiva ("no injerencia en el desarrollo histórico de otras culturas", en este caso culturas personales) siendo a la vez solidario.

Así que mi confuso modus operandi es:
- si no eres mi amigo y me pides mi opinión acerca de tu situación, te la daré de la forma más sensible con tus heriditas que sea capaz. Si no me pides mi opinión, te ahorraré la molestia de escucharla.

- Si eres mi amigo, te daré mi opinión, de la forma más sensible...etc. Y si creo que te hace falta un punto de vista distinto, te la daré tanto si te gusta oírla pero si no. Pero sólo una vez.

- Si eres mi amigo cercano y creo que la vas a cagar, te daré mi opinión varias veces. Y si hace falta me entrometeré. Y si creo que otros están tirando de ti para que vayas en la dirección incorrecta, intentaré tirar en la correcta, pero sin romperte. Y haciéndote saber en todo momento que, si la cagas y te das el ostión por no hacerme caso (o por hacérmelo), apareceré con mi escoba y mi recogedor. Y sin tocarte las narices, porque tú habrás sabido por qué has tomado las decisiones que has tomado. Y no necesitas monsergas, sino apoyo.

Resumiendo, estoy dispuesta a hacer "consultoría" en la misma medida en que estoy dispuesta a hacerme cargo de los desperfectos ocasionados. Eso quiere decir que no hay mucha gente a la que le daría de verdad el coñazo si pensaran que están metiendo la pata.


Tú eres uno, por cierto.

Anónimo dijo...

En mi caso, yo siempre daría mi punto de vista pero luego dejaría que esa persona decidiera.
Si se equivoca, siempre estaré ahí para apoyarle. Pero creo que la gente debe tomar sus propias decisiones.

Persélope dijo...

Tengo las mismas dudas que tú: No sé diferenciar entre intromisión y consejo de amiga, no sé dónde está el límite de querer evitar que alguien meta la pata y la libertad de esa persona de hacer lo que quiera.

De todas formas, a mi párame los pies si ves que me voy a estrellar; prefiero discutir contigo que no estoy de acuerdo con tu opinión a lamentarme de no haberla oído.

Capitan Napalm dijo...

Mi algoritmo es:

A) Me importa esa persona una mierda?

A1) No - Comentario políticamente correcto
A2) Si, pero no me vuelve loco - Intento dejarle ver entre líneas mi opinión
A3) Si, mucho - Verdad descarnada, a la cara y sin anestesia. Me da igual si está en condiciones o no de manejarla, nadie está nunca en condiciones de manejar la verdad cruda, que diría el Nicholson. Cuando todo se haya apagado, se acordará de quien le contó las verdades del barquero y quien le llenó los oídos de mierda.

Fantine dijo...

Yo, sobre el papel, actuaría como el Capi. El problema es que, como siempre, una cosa es decirlo y otra hacerlo, y al final el dilema entre si te estás inmiscuyendo demasiado o simplemente haciendo lo correcto puedo provocar que mi idea inicial se quede únicamente en buenas intenciones.

En cualquier caso, cuando la amistad con esa persona es de las de verdad, por mucho que inicalmente nos pueda joder una verdad descarnada, al final uno se acaba dando cuenta de quien se preocupa verdaderamente por uno, y que, como dice el refrán "quien bien te quiere te hará llorar"