27 junio 2005

Inmigrantes

Yo no es que sea racista, pero...

No, tranquilos, que no voy a soltar ninguna barbaridad xenófoba. Que es lo que espera cualquiera al escuchar semejante entrada, ¿verdad? Hace unos días también tuvimos por Madrid a una cuadrilla diciendo "Yo no tengo nada contra los homosexuales", mientras sujetaban una pancarta que decía "Maricón, paredón" y cosas así.

A lo que iba. En mi barrio viven muchos inmigrantes sudamericanos. Cuando voy por la calle veo muchas parejas jóvenes con niños. Y me recuerdan enormemente a mí. No los padres, sino los niños. Me recuerdan a cómo éramos mis padres, mi hermano y yo hace un montón de años. Esto no me sucede con las familias españolas. Supongo que hoy día la vida es muy distinta a la de entonces, claro. Por suerte, este país ha cambiado muchísimo. Pero, en este aspecto concreto, no estoy tan seguro de que haya cambiado para mejor.

Claro que yo no puedo decir nada: a mi edad, mis padres tenían ya dos hijos creciditos, mientras que yo no tengo ninguno. Pero el caso es que esas familias tienen pinta de ser bastante felices. A lo mejor es verdad eso de que el dinero no da la felicidad.

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