09 noviembre 2004

Derecheros

Por causas que no vienen al caso, hace un momento me he acordado de un colectivo sobre el que hace tiempo quería escribir aquí: los derecheros. Es una palabreja que me he inventado y no debe confundirse con "derechistas": hay derecheros en todo el espectro político. Un derechero es alguien que tiene derecho a todo. Esas personas que os encontráis y dicen: "pero yo también tengo derecho a...". Para ser derechero, claro, hay que completar correctamente la frase. El presunto derecho debe caer en una de estas dos categorías:

a) ser una gilipollez
b) ir en contra de los derechos de los demás

Lo más importante del mundo para un derechero son sus derechos. Y, por una ley de simetría universal, lo menos importante son los derechos de los demás. Ejemplo: "¿Por qué me tienen que poner una multa si dejo mi coche ahí? Está permitido circular y, simplemente, lo que hago es circular a velocidad cero." Esta estruendosa gilipollez se la he oído a varios derecheros. Alguien la inventó y a otros les ha parecido inteligentísima e ingeniosísima, así que no se han cortado a la hora de copiarla.

Otra:

Persona: Organizo una cena dentro de dos sábados, ¿quieres venir?
Derechero: No puedo, ¿por qué no la haces dentro de tres?
Persona: No, tiene que ser dentro de dos.
Derechero: Pero todos tenemos derecho a opinar sobre la fecha, ¿no?

NO, MERLUZO, NO. Tienes derecho a ir o no, ya que te invitan, o a organizar otra tú mismo si no te viene bien, pero no jodas al pobre que se lo ha currado. No tienes derecho a que los demás trabajen para ti.

Más, que estoy embalado: "Es que los aviones hacen un ruido que para qué junto a mi casa, yo también tengo derecho al silencio." Cuando compraste un piso junto al aeropuerto por cuatro perras, ¿no se te ocurrió que era tan barato por algo? Ah, claro, es que eres un lince para los negocios y luego tienes derecho a que cierren el aeropuerto para ti, ¿verdad?

Los derecheros suelen ser grandes defensores de los derechos de las minorías. Exclusivamente cuando ellos pertenecen a esa minoría, claro. Si no, les pueden ir dando.

Los derecheros tienen dos cualidades: me ponen de muy mal genio y me hacen perder todo respeto por ellos. Cuando un derechero suelta una de sus chorradas, inmediatamente pierdo todo el interés por él y tengo ganas de alejarme. Eso si no me pillan con el día cruzado. En ese caso, antes de pasar de ellos les digo lo que opino del derecho que acaban de invocar. En un 95% de los casos, la reacción del derechero consiste en quedarse mirándome con la boca abierta y aspecto de incomprensión. Ése es un buen momento para largarse y evitar volver a cruzarse con el derechero.

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