06 mayo 2003

Hoy no he ido a trabajar porque tengo un dolor de cabeza que para qué. No me hace mucha gracia faltar al curro, pero lo cierto es que no estoy para nada.

Vale, ahora llevo un ratito que no me duele, por eso estoy escribiendo.

Pasé el 1 de Mayo en el río Irati, en Navarra. Allí están las famosas foces de Lumbier y Arbayún. Estuvimos andando por el monte, cosa que me gusta bastante pero no hago mucho; supongo que por vagancia. Las dos foces son bastante diferentes. La de Lumbier es bastante espectacular desde abajo. La foz propiamente dicha está entre dos túneles que dan una cierta sensación de irrealidad. Entras por un túnel y sales por el otro; entre medio, parece como si el mundo fuera diferente.

Pero me gustó más la de Arbayún. Esta merece la pena sobre todo desde arriba. Subes a Arangoiti y desde allí el paisaje es espectacular, con el río abajo. Y alrededor de ti los buitres volando. Hay un mirador natural más o menos a la altura a la que vuelan los buitres, así que pasan realmente cerca. Yo creo que alguno pasó a no más de diez o quince metros de nosotros. Lo malo es que era hora de comer y no nos atrevíamos a sacar los bocatas por si acaso los buitres decidían tirarse por ellos, no sería la primera vez que ocurriera.

Ahora que hace buen tiempo, tal vez sería una buena idea dedicarme a patear un poco el monte.

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